NIAFFS'20 - SIMMBA (2018)


En el año 2010 se estrenaba Singam, producción tamil que tendría dos secuelas además de su versión en hindi y ya puramente de Bollywood, con Ajay Devn encarnando al policía Singham. Ésta a su vez tuvo una secuela en 2014, bastante inferior a la primera parte, y en vez de ser seguida por una tercera aventura, el director de las dos, Rohit Setty, nos trajo un spin-off, Simmba, a la que seguirá Sooryavanshi el próximo año. Pero como queda tiempo para ello, vamos a centrarnos en Simmba, con Ranveer Singh como protagonista. La taquilla acompañó, haciéndola entrar en el prestigioso 100 Crore Club, es decir, mil millones de rupias, que aunque suena a mucho, al cambio en euros son algo menos de 13 millones de euros, pero claro, teniendo en cuenta que 1 rupia son 0’013 euros, podemos entender que este club es sólo para auténticos taquillazos, y el director, Setty, tiene ocho títulos dentro del club, por lo que sin duda es sinónimo de éxito, pero como suele pasar en cualquier película, no es sólo por el trabajo de una sola persona, ya que tenemos un estupendo reparto, un guion potente, mucha acción, mensaje, drama y espectaculares secuencias de baile. Puro Bollywood de calidad.

Mientras Singham era un policía intachable, con métodos expeditivos y una mezcla entre Chuck Norris y Bud Spencer en las (maravillosas) secuencias de acción, aquí nos presentan a un niño que trabaja como ladrón y que un día se da cuenta de que quien tiene de verdad el poder son los policías, por lo que al crecer se convertirá en un policía corrupto, sin maldad, pero corrupto. Pero como es el héroe de la historia, cambiará su forma de ser para convertirse en alguien parecido al héroe de su infancia, el policía Shingham. Básicamente esta es la trama. Claro está que tenemos a villanos que controlan la ciudad donde es asignado Simmba, tráfico de drogas y una violación y asesinato que serán los motivos que harán cambiar de parecer a nuestro protagonista. Dos horas y 38 minutos donde se desarrolla todo, con un Ranveer Singh perfecto como policía canalla, desplegando un carisma y una facultad de parecer casi tontorrón y badass por partes iguales. Los delitos que comete Simmba son casi anecdóticos, hasta que cruzan la línea la familia Ranade, con Durva como líder, papel que recayó en Sonu Sood. Esto delimita mucho la personalidad del héroe, dejando claro que, aunque sea un corrupto y cometa errores con el ansia de ganar dinero, todo tiene un límite, y será el punto de inflexión del personaje protagonista. Y como siempre, los números musicales ayudan a que las relaciones, normalmente románticas, también avancen, además de deslumbrarnos con un estupendo trabajo de Ganesh Acharya y Raju Khan además del buen hacer de Singh, Sara Ali Khan o Sood. Pero la historia es algo más que humor ligero, malos muy malos y ese camino de redención de Simmba. El hecho que hace que Simmba cambie, una violación salvaje, contrasta con el tono de la película, sin chirriar, y que se fortalece cuando vemos el juicio donde se pone de manifiesto las violaciones y asesinatos de género en India. A pesar de parecer que es una excusa para meter este mensaje, de nuevo encaja con el resto del film y con esa línea ética y moral de Simmba, dándonos así momentos casi lacrimógenos.


De acuerdo, hemos visto que hay humor y drama, pero sin duda, el tercer elemento a tener en cuenta es la acción. El cine indio sabe hacer cine de acción de calidad, unas veces con ayudas chinas o tailandesas, y otras sin ayuda, como es el caso, o eso pensamos, ya que como me dijo el Gurú del cine asiático en España, Domingo López, las películas indias suelen tener 4 o 5 directores de acción, aunque podemos acreditar a Sunil Rodrigues como coordinador de especialistas y al propio director, Rohit Setty además como director de acción. Setty sabe dirigir acción y dar ese aspecto tan heroico y épico, habitual en el cine de Bollywood, por lo que el momento en el que Simmba actúa de verdad como un héroe, es sin duda una de las mejores secuencias, toda una explosión de golpes, técnicas de artes marciales y esa exageración en los stunts tan espectacular, con una música a la altura. Una secuencia diseñada exquisitamente, y con ese toque patriótico que sólo engrandece más ese momento de la película. Pero tenemos más secuencias de acción, todas ellas estupendas, con una fotografía y unos planos que nos permiten ver todo, incluso cuando se usan cables, pero da igual, la factura técnica es muy buena y la acción espectacular, haciéndonos vibrar en cada momento hasta llegar a ese desenlace que tira la casa por la ventana y que nos tras además un cameo muy especial que creo que es bastante evidente si tenemos en cuenta que esta película existe gracias a Singham… Para ir terminando, tengo que admitir que, aunque Sonu Sood está muy bien como villano, su papel es el menos trabajado. Sí, cuando este Durva Ranade se enfada y demás, da miedo, pero al final no parece que sea un villano tan malo o peligroso. El protagonismo absoluto de Ranveer Singh consigue mantener toda la película, arropado por el resto del reparto principal y los habituales secundarios del cine indio. Una película que parece ligera o más de género pero que consigue tener momentos dramáticos serios, muy bien construida y que disfrutas de principio a fin. No es excusa decir que están subtituladas o que hay bailes, es una película que no debes perderte, y si no eres de cine indio y la das una oportunidad, atrévete con Singham o con las dos entregas de Dabbang, con Salman Khan. No te arrepentirás.

NOTA: 7’75

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