En el año 2010 se estrenaba Singam, producción tamil que tendría
dos secuelas además de su versión en hindi y ya puramente de Bollywood, con Ajay Devn encarnando al policía Singham. Ésta a su vez tuvo una secuela en 2014, bastante inferior
a la primera parte, y en vez de ser seguida por una tercera aventura, el
director de las dos, Rohit Setty,
nos trajo un spin-off, Simmba, a la que
seguirá Sooryavanshi el próximo año.
Pero como queda tiempo para ello, vamos a centrarnos en Simmba, con Ranveer Singh
como protagonista. La taquilla acompañó, haciéndola entrar en el prestigioso 100 Crore Club, es decir, mil millones
de rupias, que aunque suena a mucho, al cambio en euros son algo menos de 13
millones de euros, pero claro, teniendo en cuenta que 1 rupia son 0’013 euros,
podemos entender que este club es sólo para auténticos taquillazos, y el
director, Setty, tiene ocho títulos dentro del club, por lo que sin duda es
sinónimo de éxito, pero como suele pasar en cualquier película, no es sólo por
el trabajo de una sola persona, ya que tenemos un estupendo reparto, un guion
potente, mucha acción, mensaje, drama y espectaculares secuencias de baile.
Puro Bollywood de calidad.
Mientras Singham era un policía intachable, con métodos expeditivos y una
mezcla entre Chuck Norris y Bud Spencer en las (maravillosas)
secuencias de acción, aquí nos presentan a un niño que trabaja como ladrón y
que un día se da cuenta de que quien tiene de verdad el poder son los policías,
por lo que al crecer se convertirá en un policía corrupto, sin maldad, pero
corrupto. Pero como es el héroe de la historia, cambiará su forma de ser para
convertirse en alguien parecido al héroe de su infancia, el policía Shingham. Básicamente esta es la trama.
Claro está que tenemos a villanos que controlan la ciudad donde es asignado
Simmba, tráfico de drogas y una violación y asesinato que serán los motivos que
harán cambiar de parecer a nuestro protagonista. Dos horas y 38 minutos donde
se desarrolla todo, con un Ranveer Singh perfecto como policía canalla,
desplegando un carisma y una facultad de parecer casi tontorrón y badass por partes iguales. Los delitos
que comete Simmba son casi anecdóticos, hasta que cruzan la línea la familia
Ranade, con Durva como líder, papel que recayó en Sonu Sood. Esto delimita mucho la personalidad del héroe, dejando
claro que, aunque sea un corrupto y cometa errores con el ansia de ganar
dinero, todo tiene un límite, y será el punto de inflexión del personaje
protagonista. Y como siempre, los números musicales ayudan a que las
relaciones, normalmente románticas, también avancen, además de deslumbrarnos
con un estupendo trabajo de Ganesh
Acharya y Raju Khan además del
buen hacer de Singh, Sara Ali Khan o
Sood. Pero la historia es algo más que humor ligero, malos muy malos y ese
camino de redención de Simmba. El hecho que hace que Simmba cambie, una violación
salvaje, contrasta con el tono de la película, sin chirriar, y que se fortalece
cuando vemos el juicio donde se pone de manifiesto las violaciones y asesinatos
de género en India. A pesar de parecer que es una excusa para meter este
mensaje, de nuevo encaja con el resto del film y con esa línea ética y moral de
Simmba, dándonos así momentos casi lacrimógenos.
De acuerdo, hemos visto que hay
humor y drama, pero sin duda, el tercer elemento a tener en cuenta es la acción.
El cine indio sabe hacer cine de acción de calidad, unas veces con ayudas
chinas o tailandesas, y otras sin ayuda, como es el caso, o eso pensamos, ya
que como me dijo el Gurú del cine asiático en España, Domingo López, las películas indias suelen tener 4 o 5 directores
de acción, aunque podemos acreditar a Sunil
Rodrigues como coordinador de especialistas y al propio director, Rohit
Setty además como director de acción. Setty sabe dirigir acción y dar ese
aspecto tan heroico y épico, habitual en el cine de Bollywood, por lo que el
momento en el que Simmba actúa de verdad como un héroe, es sin duda una de las
mejores secuencias, toda una explosión de golpes, técnicas de artes marciales y
esa exageración en los stunts tan
espectacular, con una música a la altura. Una secuencia diseñada
exquisitamente, y con ese toque patriótico que sólo engrandece más ese momento
de la película. Pero tenemos más secuencias de acción, todas ellas estupendas,
con una fotografía y unos planos que nos permiten ver todo, incluso cuando se
usan cables, pero da igual, la factura técnica es muy buena y la acción
espectacular, haciéndonos vibrar en cada momento hasta llegar a ese desenlace
que tira la casa por la ventana y que nos tras además un cameo muy especial que
creo que es bastante evidente si tenemos en cuenta que esta película existe
gracias a Singham… Para ir terminando, tengo que admitir que, aunque Sonu Sood
está muy bien como villano, su papel es el menos trabajado. Sí, cuando este
Durva Ranade se enfada y demás, da miedo, pero al final no parece que sea un
villano tan malo o peligroso. El protagonismo absoluto de Ranveer Singh
consigue mantener toda la película, arropado por el resto del reparto principal
y los habituales secundarios del cine indio. Una película que parece ligera o
más de género pero que consigue tener momentos dramáticos serios, muy bien
construida y que disfrutas de principio a fin. No es excusa decir que están
subtituladas o que hay bailes, es una película que no debes perderte, y si no
eres de cine indio y la das una oportunidad, atrévete con Singham o con las dos entregas de Dabbang, con Salman Khan.
No te arrepentirás.
NOTA: 7’75
Comentarios