20 AÑOS DE RONIN - ONIBABA (1964)


En septiembre de 2003 salía el numero 1 del segundo volumen del fanzine, con una portada dedicada a Lucy Liu. Pero hoy no voy a traer al blog el artículo dedicado a la actriz, ya que estamos en pleno Halloween, por lo que toca hablar algo de terror. La película que recomendaba era el clásico japonés Onibaba, toda una obra maestra malsana y agobiante del gran Kaneto Shindô. Terror físico y psicológico, un clásico indispensable que se editó en VHS indispensable. Y como siempre, dejo el texto íntegro, escrito hace 16 años.

EXISTEN ALGUNAS JOYAS EN EL CINE JAPONÉS A PARTE DE LOS CLÁSICOS DEL MAESTRO KUROSAWA, MIZOGUCHI Y EL RESTO DE VIEJOS Y CONOCIDOS DIRECTORES. ES EL CASO DE ESTA PELÍCULA QUE MEZCLA EL DRAMA DE ÉPOCA CON UN TERROR PSICOLÓGICO DE EXCEPCIONAL CALIDAD.

AMOR DE MADRE
Estamos en el siglo XIV en Japón, en la época feudal. Período de guerras cruentas e interminables, una mujer y su nuera viven esperando a que el hijo y marido vuelva a casa. Debido a la escasez, las dos mujeres se ven obligadas a sobrevivir engañando y asesinando a soldados para luego vender sus pertenencias por comida. Pero un día, un samurái amigo de su hijo les lleva malas noticias. Su hijo a muerto en combate. La vieja mujer, al ver que lo que obligaba a la joven ha desaparecido, y por temor a quedarse sola, y viendo al joven soldado como una amenaza, decide impedir que éste la seduzca y que la chica no deje la casa. Una máscara de un guerrero al que mató con sus propias manos la ayudará, pero cuando se la intenta quitar, verá horrorizada que no puede...

Planteada como un drama típico japonés, es decir, con planos largos y silencios, se va transformando en un cuento de terror cruel y siniestro, ayudado por la excelente fotografía de Kuroda y la música de Hikaru Hayashi, que al igual que en la excelente “Los pájaros” de Hitchcock, usa los efectos sonoros a modo de música. Hitchcock usaba los graznidos y demás sonidos de las aves para formar la atmósfera. Hayashi usa el sonido del viento contra los juncos secos, que cubren todo el escenario. En medio de este campo está la casa de las mujeres. Todo esto, la música, el decorado y la fotografía en blanco y negro, crea una excelente atmósfera malsana y agobiante. Las actrices, Otowa y Yoshimura, bordan sus papeles, al igual que Sato, como el samurái enamorado de la joven mujer, pero acosado por la suegra de la chica. A parte de su excelente calidad visual, el guión está bien trabajado, y se puede enmarcar perfectamente como película de terror, aunque no hay monstruos ni sangre ni demás elementos típicos del género. Sólo las interpretaciones y la atmósfera. 


MÁS ALLÁ DE LA PELÍCULA
Evidentemente, la mayoría de las películas japonesas clásicas, no sólo te cuentan una historia, si no que reflejan la sociedad del momento, o de la época en la que transcurren, ahondando en los personajes. Incluso a veces, plantea la ética y la moral del ser humano. En este caso, y según el estudio de Bruce Maltz, existen algunos temas intrínsecos en esta obra. Por un lado, el Budismo, con los Tres Venenos, la Ira, la Avaricia y la Ignorancia, que entran en los personajes, sobre todo en la Madre. El concepto de Karma, también aparece, acumulándose durante el film y terminando en el castigo de la máscara a la Madre. El resultado de sus actos desencadena algo negativo para ella. Maltz continúa hablando de que la máscara ataca sin piedad como si fuese una infección, dando igual si quien la lleva es un santo o un pecador. En el budismo existen los bodhisattvas, seres divinos o demoníacos que intervienen en los asuntos humanos para premiar o castigar, y la máscara podría actuar como tal, una vez vistas las maquinaciones de las mujeres, sobre todo de la Madre. Además, la máscara contribuye a dar un aspecto terrorífico al film, con la expresión que tiene, ya que representa a un demonio. El segundo tema que propone Maltz es el Shintoismo, la religión tradicional nipona, y aparece representada con la naturaleza que domina las escenas. A destacar las de la joven corriendo por el campo, con el único sonido de su cuerpo rozando las secas espigas. Además, el sexo es una fuerza primordial en el shintoismo, y es lo que empieza a mover al guerrero y a la joven viuda, así como a la Madre, que a pesar de todo, también es mujer y está sola y lo ve como única forma de mantener al samurai junto a ella, así como a su nuera. Por último, el conflicto entre las clases también aparece reflejado aquí. En ésta época, las revueltas sociales estaban a la orden del día, y los personajes no están contentos con la situación en la que viven. La presencia de un samurai las ayudará a sobrevivir, y no ser consideradas como simples agricultoras. Estos temas son típicos de la cultura japonesa, y son retratados aquí de forma clara para la persona versada en ellos. La ley de la jungla domina a los protagonistas, y ninguno es una buena persona. Pero, ¿quién lo es al 100%? Una máscara puede ayudar a sacar nuestro verdadero yo de dentro, del lugar donde está latente. Pero recuerda que también puede ser una máscara figurada, no sólo algo que nos cubra el rostro físicamente. 

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