El cine japonés reciente se suele
basar en los live-action de mangas,
copando la gran mayoría del cine de acción. Pero tenemos muestras ajenas a las
adaptaciones de cómics o series de animación, como la película que traigo esta
semana, Hydra, un thriller de acción que intenta hacerse
un hueco en el panorama cinematográfico japonés con una historia intensa,
pausada cuando tiene que serlo y acelerándose cuando es necesario. Una historia
que supone el debut como director de Kensuke
Sonomura, especialista y actor ocasional. El salto desde el mundo del
especialista al de actor suele ser el habitual, pero en esta ocasión Sonomura
intenta convertirse en director, algo muy bueno para el cine de acción ya que
la gran mayoría de directores y editores normalmente fallan a la hora de
mostrarnos la acción como nos gusta, por lo que cuando el director es
especialista, coreógrafo o director de acción, como es el caso de Sonomura, los
amantes del cine marcial y de acción solemos esperar con ganas sus producciones
sabiendo que al menos la acción estará bien rodada, y sí, es el caso que
tenemos con Hydra.
Sonomura es conocido por su
trabajo como especialista o director de acción de películas como Lovedeath (2006), Resident Evil: Degeneración (2008), Aliven vs Ninja (2010), Kunoichi
(2011), Bushido Man (2013) o Manhunt (2017), alternando una carrera
entre los videojuegos, la animación y la acción real. Esto le ha llevado a
querer dar el salto como director con una historia con ciertos tópicos (asesino
que ha dejado ese mundo pero que tendrá que volver al mismo cuando su pasado
regrese) pero con un toque personal muy interesante. Ese toque lo encontramos
en la primera mitad del film, pausado, presentando a los personajes con calma,
pero sin dar demasiados detalles, con una atmósfera de misterio cercana al thriller en su primera mitad. En ella
asistimos a algún asesinato y vemos cómo funciona esa compañía de asesinos a la
que pertenecía el protagonista, a la vez que vemos al que ahora pertenece como
cocinero en un bar. De esta forma, Sonomura evita rodar una película de acción
sin más, con personajes con cierta profundidad, aunque sin exagerar, lo
suficiente para diferenciarse de otras producciones donde el guion es la
habitual excusa para las secuencias de acción. Aquí no es así, por muchos
tópicos que se usen, dejando la acción para la segunda mitad. Masanori Mimoto se encarga del
personaje protagonista, sabiendo equilibrar la parte dramática con la de la
acción, apoyado por un reparto solvente como Miu o Tasuku Nagase. No
obstante, la narración es lenta, copando la mayor parte del metraje para pasar
después a la acción.
El propio director, siendo
especialista y coreógrafo, se ha reservado la coreografía de acción junto al
protagonista, Masanori Mimoto
(Bushido Man), y Naohiro Kawamoto (Shinobi),
habituales colaboradores de Sonomura, y con la ayuda e Koji Kawamoto (I Am a Hero) Un trio que sabe combinarse
perfectamente ofreciendo unas peleas muy rápidas, tanto con cuchillos como sin
ellos, usando distancias muy cortas que obligan a los actores a sincronizarse
de manera excepcional y ofrecernos así unas estupendas secuencias trepidantes y
explosivas, el plato fuerte de la película. Tenemos sobre todo puñetazos, y los
únicos planos que dan un segundo de respiro son unas espectaculares patadas que
siguen con otras ráfagas de combinaciones muy diferentes a lo que el cine
marcial nos tiene acostumbrados. De esta forma, Hydra se convierte en una película compacta, sencilla pero bien
construida y rodada, demostrando que Sonomura puede dar mucho de qué hablar en
el género. Sus esfuerzos para ofrecer una historia con acción, da sus frutos, a
pesar de ciertos altibajos en el guion, pero la sencillez que comentaba antes
juega a su favor gracias a un metraje ajustado y evitando ser pretenciosa. Una
película pequeña que ofrece una visión oscura del ser humano a la vez que
ofrece esa esperanza de redención del protagonista, dando algo de luz y
esperanza, representado en esa sonrisa final.
NOTA: 7'5
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