20 AÑOS DE RONIN - FANZINE RONIN. ORIGEN, HISTORIA Y NÚMERO CERO

Número 0. Vol.1. Diciembre 1999
Estamos en diciembre de 2019, y este mes, como ya sabrás por anteriores entradas en el blog, cumple 20 años el primer ejemplar del fanzine Ronin. En 1998, decidí hacer una proyección en homenaje a Bruce Lee, por el 25 aniversario de su fallecimiento. Acudí a un centro cultural de Leganés (Madrid) para informarme y me dijeron que podía solicitar el centro para esta actividad, pero con el apoyo de una asociación, sería mejor aún. Esta idea empezó a tomar forma en mi cabeza, pero a pesar de ello, empecé a contactar con gente, como el coleccionista profesional de Bruce Lee, Jesús Bajo Esteban, con quien hablé para proyectar alguno de sus vídeos raros, que costaba tanto en aquellos años encontrar. Incluso me dijo de hacer un sorteo entre los asistentes de una revista suya. Entre unas cosas y otras nunca llegué a hacer esa proyección. Este proyecto se unió a otra idea viendo la serie de Chuck Norris, Walker, Texas Ranger, donde veía desfilar a tantas caras conocidas del cine marcial. Grababa los episodios en VHS, apuntando el nombre del director y la estrella invitada, o actor del género en papeles secundarios, lo que me llevó a pensar en la posibilidad de que saliese un listado de los episodios con estas apariciones. No existía ninguna publicación que pudiese incluir esto, y mucho menos dedicada al cine marcial y a la cultura oriental. Teníamos Dojo, claro, con Pedro Conde demostrando su sabiduría, y a Miguel Juan Payán, redactor de la revista hermana de Dojo, Acción, pero claro, sus artículos eran de cine de artes marciales, dejando fuera otro cine oriental. Así que...
... pensé en ser yo quien publicase esa revista que quería leer. Y de esta forma, tras intentar ponerla en marcha un par de veces, terminé sacando el número cero, comenzando por hablar del Pequeño Dragón y el 26º aniversario de su fallecimiento. Poco a poco le di forma, inspirado por la mencionada revista Acción, estableciendo así un artículo especial para abrir cada número, seguido de los estrenos en cine y vídeo, noticias, fichas de personalidades del cine oriental y marcial y de clásicos recomendados, libros, artes marciales, cultura asiática, filosofía... Quería cubrir todos los aspectos posibles, con la mitad de la revista dedicada al cine. El nombre que escogí fue Ronin, y el motivo, como he dicho en anteriores ocasiones, se ciñe a la acepción más romántica del termino, samuráis sin señor, que no sirven a nadie, caballeros andantes que ayudan a gente, acercándose al concepto Shugyo Sha, el Hombre de la Ola, una especie de ascetas con un código de honor, alejados de los ronin más habituales, bandidos, mercenarios, guardaespaldas, asesinos... Al haber leído y estudiado el Bushido y la figura del samurái, había descubierto que al final, el Código del Guerrero, es una forma de control, pudiendo ser retorcido para beneficio de malvados señores feudales y de la guerra. Por ello me atrajo la figura del ronin y, posteriormente, del Shugyo Sha, y al ser un fanzine, una revista hecha con fotocopias por fans, veía el nombre perfecto, incluyendo su uso como apodo mío. En 2002 di de alta la Asociación Cultural y Juvenil Ronin, pudiendo así solicitar subvenciones para mejorar la calidad de la revista y hacerla crecer. Y vaya si lo hice. Conseguí venderlos en numerosas tiendas de cómics, incluso me contaban en la famosa Crisis que entró un cliente, preguntó por el fanzine y al decirle que aún no había llegado el último número, irse de la tienda, y eso que contaba, y cuenta, con uno de los mayores stocks de cómics de todas las épocas, libros de cine, figuras y merchandising vario. Hasta un día me escribió Pedro Conde para pedirme algunos números. El experto en cine marcial, el único que entrevistaba como se merecían las estrellas que venían a España, al que había leído tanto y del que había aprendido tanto, me estaba pidiendo mi modesta revista. 

Ùltimo número. Número 2. Vol.4. Verano 2012

Con cada nuevo número, publicado cada tres meses aproximadamente y durante casi diez años de forma ininterrumpida (13 desde el primer número hasta el último, espaciando algunos números, como el volumen 4, con sólo dos números y algunos retrasos en su periodicidad), daba un nuevo paso, siendo prensa para todas las distribuidoras y productoras de cine o la Filmoteca Española, consiguiendo entrevistar a Morgan Freeman (por el estreno de Danny The Dog), a Seijun Suzuki, Lola Forner y, ya con internet, a Marko Zaror, Tiger Chen, Gary Daniels o Boni Yanagisawa, stunt que dobló a Maggie Q en El Sicario de Dios. Entraban y salían colaboradores, compañeros de Karate, amigos y expertos, como Fernando Cid Lucas, experto en literatura y teatro tradicional japonés, conformando una revista única. Bueno, estaba Kabuki y posteriormente Cine Asia, con quienes trabé amistad y mucho apoyo, llegando a coincidir en las portadas. Pero al final, por diversas circunstancias, tuve que dejarlo de editar, con un par de números digitales para finalizar. Y ya han pasado 20 años desde ese primer y modesto número cero. Para celebrarlo, he estado subiendo, y seguiré haciéndolo, artículos de los que fueron saliendo, pero hoy, al margen de ser el post de celebración, voy a compartir aquí mismo ese número cero, en PDF, escaneado de la única copia que tengo del mismo, y poco a poco iré subiendo todos, aunque dispongo de muchos de los números en papel por si a alguien le interesase, claro. Así que, tras este pequeño repaso a la historia de la revista, te dejo con este pequeño regalo, algo tremendamente significativo para mi, que quiero compartir con todos mis amigos, seguidores y demás, ya que al final, si escribo en Acción, Dragonz Magazine o Helios, si he publicado un libro y estoy ultimando el segundo, si he podido acudir a charlas y demás actividades sobre cine oriental, es gracias al nacimiento de Ronin, a la ilusión por compartir sobre un cine bastante ignorado por los medios de comunicación en esos inicios del siglo XXI. Envié ejemplares y entregué en mano al director de Dojo y Acción, Héctor Alonso, y aunque Dojo cerró justo cuando estudiábamos cómo iba a colaborar, terminé siendo redactor en Acción, abriéndose poco a poco puertas que me llenan de satisfacción personal, que me permiten seguir aprendiendo y estudiando y sobre todo, amando Asia, su cine y cultural, independientemente del país y del nombre japonés de la revista y asociación. Algo que sigo haciendo ahora, incluso más que antes...

IVÁN FERNÁNDEZ


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