NIAFFS'20 - BLACK DYNAMITE (2009)


La Blaxploitation marcial es un subgénero dentro de un subgénero. Los años setenta fue la época de esplendor de la misma, con Jim Kelly, Ron Van Clief o Fred Williamson. Películas como Cinturón Negro (1974), ¿Quién mató a Bruce Lee? (1975), El Samurai Negro (1976), las aventuras de Cleopatra Jones en 1973 y 1975, T.N.T Jackson (1974) o Black Fist (1974) ofrecieron una mezcla muy interesante. Recordemos que el cine de Kung Fu que llegaba en aquellos años a Estados Unidos tenía en la comunidad afroamericana sus mayores seguidores. En los ochenta, Steve James recogía el testigo en las producciones de la Cannon, pero su fallecimiento y su permanencia a la serie B le impidió brillar más allá de las estanterías de los videoclubes. También tuvimos El Último Dragón (1985), con Taimak uniendo además la Bruceploitation con la Blaxploitation marcial. Pero después, a pesar de aparecer actores negros en el cine marcial, no hubo nadie que ocupase el hueco de las estrellas setenteras. Michael Jai White es sin duda el único que ha cogido su legado, a pesar de los altibajos de su carrera. Uno de los momentos altos es sin duda Black Dynamite (2009), una carta de amor a estas películas con un Jai White en plena forma. Una comedia alocada repleta de Kung Fu.

Durante el rodaje de Invicto 2 (2006) en Bulgaria, Jai White estaba escuchando la canción Superbad de James Brown y se le ocurrió la idea de esta película, y como el título original del tema ya estaba cogido (en España se tituló Supersalidos), decidió llamarla Black Dynamite. Coger todos los tópicos del cine de Blaxploitation unirlos con el cine de Kung Fu y homenajear títulos míticos convierten a esta película en un must see. Con un guion del propio protagonista, junto a Byron Minns, también actor (interpreta al personaje de Bullhorn) y uniendo fuerzas con el director y guionista Scott Sanders, han conseguido hacer una película indispensable para cualquier amante de cualquiera de los géneros que toca. Un complot contra los negros en Estados Unidos, tráfico de drogas, la CIA, nunchakus, la Isla del Kung Fu… elementos que se entremezclan en una trepidante y divertidísima comedia que parodia el género ofreciendo unos estupendos combates de artes marciales. ¿Podemos pedir más? Jai White se rodea además de nombres míticos dentro del cine marcial, sobre todo en la parte de los especialistas, con Ron Yuan como director de acción ayudado por Roger Yuan, y con Larnell Stovall, Tsuyoshi Abe, Gary Daniels, Clay Donahue Fontenot, James Lew, Jeff Pruitt y Simon Rhee, algunos de ellos también participando como actores.


El humor más excéntrico se da la mano con los clichés de este blaxploitation marcial, lleno de macarras, traficantes, chulos, políticos corruptos, panteras negras y mucha acción. La estupenda forma física de Jai White en este film se une a unas estupendas escenas de acción, rodadas al estilo setentero y alternando los artistas marciales mencionados más arriba, con actores sin conocimientos, al más puro estilo original de este subgénero. Jai White está sencillamente perfecto como este badass irreverente y políticamente incorrecto. Todos los elementos del film funcionan a la perfección, a pesar de los tópicos más trillados, algo difícil de conseguir pero que aquí se consigue con creces. Sin duda un divertimento que deben haber disfrutado al rodarla, y con momentos maravillosos como esa llamada que interrumpe el Kung Fu de Dynamite, las frases para ligar, esos flashbacks sobre Vietnam, la sobreactuación del héroe al más puro estilo hongkonés, sobre todo en ese tramo final, un recuerdo de esa occidentalización de la figura de los asiáticos en este tipo de películas, y, como no, momentos de humor y tensión sexual al estilo de Shaft… Un guion ingenioso, que sabe homenajear perfectamente todo un subgénero dentro de un subgénero, con un equipo artístico y técnico que lo ha dado todo para convertir a esta película en un título de culto, que tuvo continuidad en una serie animada y de la que hace años que Jai White habla de una secuela que deseamos, siempre y cuando tenga esta espontaneidad y frescura que tiene esta primera parte.

NOTA: 8

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