Wu Jing daba el salto de actor a director o, mejor dicho,
co-director, con Legendary Assassin,
una película que es una mera excusa para el lucimiento del experto en Kung Fu.
Una película que usa el Kung Fu clásico en una película actual, una especie de
actualización del cine puro de género donde la mítica productora Seasonal Films participó en una de sus últimas
producciones, por no decir la última. Además, tenemos un buen puñado de nombres
conocidos delante y detrás de las cámaras que en breve enumeraré. Una buena
película de acción y artes marciales que parece que no recuerda mucha gente.
Por ello esta semana he decidido reivindicarla a pesar de no llegar a tener la
calidad de otros títulos contemporáneos como Flash Point (2007), donde tiene un papel secundario y un
brutalísimo enfrentamiento contra Donnie Yen. Quizás el éxito de este film y de
su participación le ayudaron a dar este salto como co-director y estrella,
colocándole en una estupenda posición en Hong Kong y haciendo que en 2015
dirigiese Wolf Warrior, seguida, dos
años después, por una secuela que consigue superarla.
La amistad, o algo más, entre una
mujer policía, interpretada por Celina
Jade, y un misterioso luchador, Wu Jing, es el epicentro de la historia,
con un trasfondo de venganza, es lo que nos presenta este film, donde Wu Jing
compartió créditos con Nicky Li,
miembro del equipo de especialista de Jackie Chan, quien se encarga además de
las coreografías junto a Jack Wong
Wai-Leung. Curiosamente, a pesar de la experiencia marcial de Celina, hija
del gwailo Roy Horan, habitual del cine hongkonés setentero, disfrutamos poco
de su pericia, dejando a Jing ser quien lleva la voz cantante en este aspecto.
Las técnicas escogidas por Li, como decía al principio, son muy clásicas, con
un buen uso de cables en momentos determinados para dotar de la espectacularidad
que amamos del cine de Hong Kong, pero en un escenario moderno, un concepto que
llevaría a su máxima expresión Donnie
Yen en la maravillosa Kung Fu Jungle
(2014) con ese wuxia urbano. Aquí se
centra en el Kung Fu más puro, sin armas, con el lucimiento de Wu Jing y sus estupendas
habilidades físicas, con un guion muy normalito, que no es precisamente malo,
si no típico, pero bien construido. Además, como también decía al principio,
tenemos caras conocidas como la de la legendaria Kara Hui, Lam Suet,
habitual del cine de Johnnie To o Ken Lo, sin olvidar a Paco Wong, productor de la película con
títulos en su filmografía como Duelo de
Dragones (2005), su secuela El
Despertar de los Dragones (2015), Fatal
Contact (2006), con Wu Jing, The
Brink (2017) o Paradox (2017),
títulos que se encuentran dentro de lo mejor que ha salido de Hong Kong en los
últimos años, algunos de ellos con Jing como una de las estrellas, formando un
estupendo tándem aunque Wu Jing no sea la estrella máxima, o única, de estas
producciones. Lo que es cierto es que ver estos nombres juntos se está
convirtiendo en sinónimo de calidad, aunque lleven algunos años sin trabajar
juntos. La carrera de Jacky Wu, nombre internacional de Wu Jing, se ha
cimentado en títulos de calidad, con este asesino legendario como carta de
presentación como estrella del experto en Wu Shu al que se le llegó a comparar
con Jet Li por usar el mismo arte
marcial pero que realmente difiere mucho del protagonista de Érase una vez en China (1991).
Celina Jade, a pesar de contar
con algunas secuencias de lucha, evitando así ser el arquetipo de damisela en
apuros, aunque en parte lo es, pero evitando quitar relevancia al personaje
femenino y permitiendo lucirse a Celina tanto como actriz como artista marcial.
Todo esto convierte a la película en un estupendo título de artes marciales, de
los que nos encanta disfrutar, espectacular, muy técnica y con esa relación
entre personajes que también evita el romanticismo más ñoño o las relaciones
excesivamente tópicas metidas con clavo y que brilla por su ausencia, a pesar
de ciertos momentos muy concretos cuyo objetivo parece ser únicamente
enriquecer la película y evitar que sea una inyección de testosterona con cierto
tufillo machista. Resumiendo, Legendary
Assassin es una película compacta, bien desarrollada, un producto de
entretenimiento y de género que merece mucho la pena ver, antes de meterse en
las producciones bélicas con artes marciales que convertirían a Wu Jing
posteriormente en una de las grandes estrellas chinas actuales. La nostalgia
por el cine de Kung Fu clásico se deja ver en su metraje, actualizándolo y que
todo fan de este cine tiene que ver.
NOTA: 7
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