En los ochenta, con el boom del
vídeo, aparecían numerosas películas de bajo y medio presupuesto, films de
todos los géneros que sólo satisfacían el hambre cinéfaga de los espectadores.
En medio de todo esto, el cine marcial y de acción lanzó numerosas estrellas,
algunas de ellas de primer orden, como Van Damme, y otras que se vieron
relegadas a ser estrellas del videoclub. De la misma forma surgían directores
todoterreno que podían vérselas con películas de ínfimo presupuest,o pero con
altas dosis de entretenimiento, funcionando perfectamente en este mercado. Con
la desaparición de los videoclubs, los servicios de streaming y los ordenadores, esta serie B ochentera y noventera se
ha transformado en películas baratas, gracias a los efectos por ordenador y la
rapidez de la edición digital, con algunos actores acomodados y con una serie
de directores que son sin duda esenciales para esta serie B, como es el caso de
Daniel Zirilli.
Protagonizada por la bailarina,
actriz y artista marcial ucraniana Natalie
Burn, este film, dirigido por Zirilli y Michael Merino es una buena serie B
donde Burn interpreta a Rhona, quien deberá realizar unos trabajos para un jefe
mafioso si quiere volver a ver a su hija. Una historia típica para ofrecer
buenas secuencias de acción, firmadas por Tony
Messenger, doble habitual de Dolph
Lundgren, que tiene un papel secundario pero importante, a pesar del peso
que tiene incluso en el cartel, siendo, evidentemente, el mayor reclamo. El
resto del reparto tiene caras conocidas como Sean Patrick Flanery (Los
Elegidos), al luchador de UFC, Chuck Liddell (Altitude), Danny Trejo (Machete),
Quinton "Rampage" Jackson (El Equipo-A), otro luchador de MMA
convertido en actor, o pequeñas apariciones de Rigan Machado, Jason London o el
propio coreógrafo, Messenger. El guion, a pesar de ser tópico, intenta ofrecer
una historia más compacta para dar cierta dimensión a los personajes, sobre
todo a la protagonista, que consigue ser creíble tanto en las secuencias de
acción como en las dramáticas. Estas secuencias consiguen que no estemos ante
una película donde lo importante sólo sea la acción, aunque lo es, pero sabe
mantener ese equilibrio. Se agradecen películas como éstas, con personajes bien
escritos y buena acción, siendo además aire fresco para el cine de acción, con
nuevos valores, o al menos, menos conocidas, aumentando así las estrellas del
género. Y si es mujer, mejor aún, que tras la irregular carrera de Gina Carano,
no tenemos demasiadas actrices dentro de la acción, exceptuando las estrellas
de Hollywood, donde colocan en cintas de este género a actrices ajenas al mismo
apoyándose en dobles y efectos digitales, y en este sentido, Burn sólo necesita
vehículos como esta película, que sin llegar a ser un clásico directo, es una
de esas películas que hay que ver por ser diferente a otro tipo de películas,
manteniéndose dentro del buen cine de acción, algo habitual en la filmografía
de Zirilli, sin duda uno de los mejores directores del cine de medio o bajo
presupuesto que sabe ajustarse al mismo para ofrecer buen cine de género, y con
cada nuevo título suyo, se supera. Además, el realizador sabe rodearse de
repartos interesantes cuanto menos, lanzando a nuevos valores como Natalie Burn
o Dean Alexandrou, quienes luchan como sus personajes para hacerse un hueco en
el género. No sé si la carrera de Natalie se prolongará en nuevos films, algo
que merece, pero lo que es seguro es que Zirilli seguirá ofreciendo
producciones de acción solventes, entretenidas, con ese único objetivo en
mente, algo que siempre consigue, como es el caso. Es probable que no pase a la
historia del cine, ni si quiera en el del cine marcial o de acción, pero es sin
duda una muestra de ese talento que no consigue presupuestos más acomodados
donde poder demostrar más y mejor su talento. Y mientras esperamos que esto
ocurra, podemos disfrutar con películas como ésta, un buen aperitivo antes de
ver otras películas más potentes pero no por ello más entretenidas, sobre todo
si hablamos de la acción hollywoodiense, copada por blockbusters repletos de efectos digitales y olvidando la acción
real y física que tanto nos gusta disfrutar.
NOTA: 6
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