NIAFFS'20 - KURO OBI (2013)


Cuando se habla de cine de Karate (énfasis en el “de”) mucha gente piensa en Sonny Chiba, Karate Kid, Chuck Norris (al margen de que estudiase realmente Tang Soo Do) e incluso en Karate Kimura. Pero sin lugar a dudas, una de las obras maestras (sí, maestras de verdad, no como tantas películas actuales que por ser de tal o cual director o por gustar mucho, se usa demasiado este término, demostrando que quienes la usan tan alegremente no tiene realmente demasiada idea de cine) sobre el arte japonés es Kuro Obi, es decir, Cinturón Negro, nada que ver con la película del mismo título de Jim Kelly (titulada originalmente Black Belt Jones) Esta producción japonesa es una obra maestra del cine de Karate lo es por diversos motivos que ahora veremos. Drama, artes marciales de verdad, sin cables ni efectos digitales, sin superhombres que aguantan golpes poderosos e imposibles. Toda una demostración de la eficacia real del Karate, con auténticos maestros de este arte, una carta de amor imprescindible para los practicantes de este bello arte, y para los amantes del cine marcial más serio y realista.

En 1932, una escuela tradicional de Karate tiene la visita del ejército japonés y el resultado será el enfrentamiento contra el mismo, ganando los karatekas, aunque uno de los tres únicos alumnos resultará herido, impidiendo que siga practicando. No obstante, cuando el maestro fallece, poco después, del enfrentamiento, le pedirá al alumno herido que sea él quien decida cuál de sus dos compañeros se merece el cinturón negro de la escuela. Esto provocará una rivalidad entre ambos, sobre todo cuando el ejército nipón pida a uno de ellos entrenar a los soldados. Si por esta fuera poco, durante el enfrentamiento, al vencer a uno de los altos cargos militares, provocará que se suicide, por lo que sus hijos buscarán venganza y, por honor, Giryu, el alumno que le vence, se dejará ganar, quedando herido y separándose de su hermano marcial. La trama es bastante más sencilla de lo que parece, estableciendo el marco de la acción en pocos minutos para convertirse en una maravillosa historia sobre el significado del cinturón negro en Karate. Jôji Iida (La Puerta del Infierno) elabora así un guion profundo sobre el honor, el significado del Karate, la ambición y el choque entre el Karate clásico y la sociedad moderna, todo ello orquestado por Shunishi Nagasaki (Shikoku) que le da además un toque clásico y pausado.


Al margen de la propia historia, bien llevada pero sencilla, como he dicho, estamos ante una película pura de Karate, y qué mejor que tener a auténticos maestros en el reparto, como Tatsuya Naka, maestro del estilo Shotokan e instructor de la Japan Karate Association, que interpreta al, aparentemente, villano, Taikan, o a Akihito Yagi, experto en Goju Ryu, como el protagonista, Giryu o a Fuyuhiko Nishi, otro experto en Shotokan. Es más, él mismo produce la película y la coreografía junto a Akihiro Noguchi, co-fundador de los Alpha Stunts y de nuevo, experto en Karate y colaborador habitual de Isaac Florentine en películas como Exterminio (1999) o Ninja (2009) En el film podemos ver los estilos mencionados e incluso Kyokushinkai, con katas clásicos de Goju, como Sanchin, con el que abre el film. Gracias a que estos maestros son los que consiguieron poner en marcha la película, podemos ver unas coreografías realistas y contundentes, demostrando que el Karate, en su faceta de defensa personal no tiene nada que envidiar a otras artes, sin necesidad de trabajo con cables ni florituras. Un trabajo coreográfico excepcional, directo, que se une al significado del cinturón negro, esa puerta al conocimiento y una meta, lleno de respeto y filosofía que debe ganarse el alumno, y no precisamente peleando. Es el camino que recorren los dos protagonistas, Giryu y Taikan, dos caras de la misma moneda y que, en sus respectivos viajes, irán descubriendo ambos. El camino de Taikan transcurre por una senda tenebrosa, mientras que el de Giryu, en la luz, debe también mutar para llegar al enfrentamiento final, donde ambos descubrirán ese significado del cinturón de su maestro, rodado en blanco y negro que acentúa el dramatismo de la secuencia. Resumiendo, Kuro Obi es una maravillosa película donde nos sumerge en el verdadero Karate-Do, en su filosofía de vida, entendiéndolo todo a la vez que sus protagonistas y demostrando que el ser humano no es blanco y negro, sino que tiene una miríada de matices extrapolables a cualquier arte marcial. Una carta de amor para aquellos que quieran auténticas artes marciales.

NOTA: 8’75

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