A veces, volver a ver una película
años después, puede que te haga darte cuenta de que has cambiado de opinión
sobre ella. Es el caso de China Strike
Force, con Stanley Tong
dirigiendo a Aaron Kwok, Mark Dacascos, Ken Lo, Wang Leehom, y
que el propio director, junto a Ailen
Sit, se encargue de las coreografías de acción, ya sean de artes marciales
como las escenas arriesgadas. Tras volver a verla recientemente gracias a Yous Norris que me ha facilitado una
copia, he recapacitado. En su momento, me pareció una película que no llegaba
al cine ochentero y noventero hongkonés, demasiado repetitiva, en un momento en
el que la acción hongkonesa buscaba reinventarse. Pero vista hoy en día, ha
cambiado mi percepción, convirtiéndose en una especie de oda final a este tipo
de cine, un compendio de tópicos elevados a la potencia, un divertimento de principio
a fin que lo tiene todo para pasar hora y media en un no parar de peleas,
tiroteos, stunts, con ese sello
visual casi aséptico, a falta de encontrar una palabra mejor, rodadas
exclusivamente para montar secuencias espectaculares donde la acción es la
única protagonista. Y Mark Dacascos en un Lamborghini y Aaron Kwok en un
Fórmula 1 por las calles de Shanghai.
Policías asesinados, tráfico de
drogas, mafia, venganzas, asesinas mortales, todo esto unido en un divertimento
de primer orden con el reparto que menciono al principio. Un guion por momentos
delirante, lleno de arquetipos, como el del personaje interpretado por el
rapero Coolio, llamado en la
película… Coolio. Claro que también Norika
Fujiwara interpreta a Norika, o Ruby
Lin, a Ruby… y Jennifer Lin a
Jennifer. En fin, una mera anécdota para disfrutar de tiroteos, peleas y
estupendas escenas arriesgadas con Stanley Tong controlando todo. Una película
que podría haber llegado hace al menos tres años antes del 2000, en pleno
apogeo del cine asiático y de Kung Fu, pero este aporte tardío mezclando
Oriente con Occidente, buscando un equilibrio entre las escenas de Kung Fu con
las de acción balística, con cierto regusto a la Seasonal noventera en los USA,
pero con la firma indiscutible de Stanley Tong, auténticas maravillas de
acción, con un guion excusa para ofrecer lo mismo que el director ofreció con
Jackie Chan en Duro de Matar,
siguiendo la estela y estructura, aquí un poco más consistente, pero que
igualmente es una excusa, más o menos bien llevada para disfrutar de los
diferentes combates a los que asistimos, con el genial Mark Dacascos como villano, brillando como suele hacerlo en estos
personajes. Contar además con una estrella como Aron Kwok, le da cierta relevancia dentro de la industria
hongkonesa, aunque la historia sea totalmente predecible. Se viene a disfrutar
de la acción, y se disfruta todo el rato. Aunque a veces se noten los dobles, pero
es parte de la magia del cine de Hong Kong, y aquí podemos ver cierto homenaje
a un tipo de película que ya no se hace, ni el propio Stanley Tong, ya que
últimamente se dedica a meter muchos efectos digitales en aventuras como las
que ha rodado con su amigo Jackie.
Por todo esto, volver a ver China Strike Force es tan necesario,
para perdonar los fallos y disfrutar de las action
pieces, sin olvidar que tiene detrás, entre otras, a la Golden Harvest, con una buena
fotografía y rodaje en Beijing y Shanghai, rodada simultáneamente en inglés y
mandarín, con reparto internacional, con un espíritu videoclipero noventero,
todo puesto con un ojo en las ventas internacionales, cosa que consiguió, estrenándose
en DVD en España en el 2004. Una buena forma de recordar un cine de acción más
tradicional, con atropellos, disparos, artes marciales, explosiones,
situaciones inverosímiles y caras muy conocidas, un auténtico blockbuster hongkonés que despedía una
época, a pesar de más que notorias excepciones puntuales que hemos seguido
recibiendo. Lo que está claro es que el cine de Hong Kong hace mucho que dejó
de ser el referente, siendo engullido por la actual maquinaria del cine
puramente chino, o mainland, que
ofrece más y mejor “cine de Hong Kong” que Hong Kong. Pero nos quedan títulos a
reivindicar y que podemos y debemos disfrutar como se merecen.
NOTA: 7
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