Cuando se acercaba 1997 y Hong
Kong iba a volver a manos chinas, la incertidumbre de lo que pasaría a partir
de la devolución hizo que muchos directores y actores, asustados, probaran
suerte en Estados Unidos. El director John
Woo fue el pionero, estrenando en 1993 Blanco
Humano con Van Damme, y, con el mismo actor, Ringo Lam y Tsui Hark
emularon a Woo, y podemos sumar más nombres como el de Kirk Wong y su Equipo Mortal (1998), Chow Yun Fat con Asesinos de Reemplazo (1998) o Michelle
Yeoh apareciendo en El Mañana Nunca
Muere (1997), una de las aventuras de James Bond. Por otro lado, cuando se
habla de John Woo en Hollywood, se suele recordar la mencionada Blanco Humano o la estupenda Cara a Cara (1997), sin olvidar Misión: Imposible 2 (2000) pero entre
la cacería humana de Van Damme y el duelo entre Nicolas Cage y John Travolta,
Woo estrenó Broken Arrow: Alarma Nuclear,
una película muchas veces ignorada u olvidada, pero que en su momento, para los
que conocíamos a Woo de sus obras maestras hongkonesas, disfrutamos y mucho con
esta trepidante película que nunca viene mal recordar.
Cuando la carrera de John Travolta resucitaba gracias a
Tarantino y su Pulp Fiction (1994),
volvía a tener guiones en la mesa para elegir, y uno de ellos era el de Broken Arrow, pero no estaba seguro de
interpretarla. Cuando se lo comentó a Tarantino, y le dijo que la dirigiría
John Woo, pero que no sabía si rodarla, el director de Kill Bill no dudó en aconsejarle que aceptase, y pudo elegir entre
ser el héroe o el villano, decidiendo interpretar al villano, Vic Deakins,
piloto de las Fuerzas Aéreas norteamericanas que durante unas maniobras de
entrenamiento junto a su compañero, Riley Hale (Christian Slater), robará unos
misiles nucleares, o eso intentará, ya que Hale hará lo posible por detenerle. Sí,
es una trama tópica, pero estamos ante una película de acción que pretende
entretener, y lo logra en su algo más de hora y media, y eso que los
productores interfirieron en el montaje, presionando más incluso que en Blanco Humano, pero el resultado
satisface, y mucho, a los amantes del cine de acción y de Woo, un director con
mucho más que el aspecto visual que da a sus films, pero aquí es precisamente
una de sus mejores bazas. La simplicidad del guion, con un militar traidor y su
compañero, casi discípulo, intentando detenerle, sabe introducir elementos
habituales del cine de Woo, como los amigos que se vuelven enemigos, y los
enemigos, amigos, además de los mencionados detalles visuales, marca de la casa
de John Woo (podría hacer un inciso hablando del origen de esos momentos tan
John Woo, pero es tema para otro momento) El tema del cambio de enemigo a amigo
es menor, pero cuando el héroe, Hale, conoce a una guarda del parque donde
transcurre la mayor parte del film, Terry Carmichael, interpretado por Samantha
Mathis, no se fía de él, para terminar trabajando juntos para detener al
villano.
Los elementos habituales de Woo
que podemos disfrutar en la peli son el uso de reflejos, los mexican stand-off (o MSO), tiroteos alucinantes,
ralentizaciones, saltos con pistolas a dos manos, las angulaciones de cámara,
los zooms y mucha acción física. Mathis
y Slater hicieron casi todas sus escenas arriesgadas, y Travolta está inmenso
como villano, disfrutando mucho el personaje. Por cierto, la forma de fumar de
su personaje la sacó de otros villanos de cine, los nazis, para darle mayor
empaque, y lo consigue, destacando por encima de Slater, a pesar de cumplir con
creces como héroe de la función. A pesar de los problemas de montaje comentados
al principio, consigue darle un ritmo al film estupendo, acentuado con esa
banda sonora de Hans Zimmer (que
tengo original, por cierto), para la que se inspiró en los trabajos de
Morricone con el director Sergio Leone. He hablado de ralentizaciones y
tiroteos, pero tengo que admitir que, aunque los hay, en menor grado que en
otros films anteriores y posteriores del director, destacando algunas
presentaciones de personajes, con ese toque heroico, aunque sean villanos, que
sabe dar Woo a sus personajes. Se nota por ello la mano de los productores pero
no consiguieron dinamitar el resultado final, donde los especialistas brillan
por su trabajo gracias al reducido uso de efectos digitales, algo tristemente
habitual en el actual cine de acción, con honrosas excepciones. El equipo
comandado por Allan Graf, con más de
doscientos títulos a sus espaldas, hacen maravillas en momentos como la caída
del personaje de Howie Long por el puente (los pelos de punta ante la enorme
caída), o saltos con explosiones detrás, incluyendo un personaje, literalmente
destripado por las hélices de un helicóptero mientras cae del techo de un tren…
Y podría seguir enumerando esos momentos que, junto al duelo interpretativo y
físico de Travolta y Slater (con mención al principio a Bruce Lee, algo
anecdótico pero que no he podido evitar recordar) y a, como he dicho, el escaso
uso de dobles de Slater y Mathis, la convierten en una película estupenda para
pasar este confinamiento en el que estamos, disponible en Movistar+ gracias a su
reciente emisión en el canal AXN, una película reivindicable si te gusta la
acción de calidad.
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