El cine de acción de Hong Kong,
incluyendo el marcial, hace tiempo que no es el que era, siendo sustituido por
el cine que proviene de la china continental, accesible a través de las
diferentes plataformas digitales. Pero de vez en cuando aparecen
co-producciones entre China y Hong Kong, repleta de estrellas de la antigua
colonia británica. Si buscamos además títulos cercanos al heroic-bloodshed, pocos son los títulos de este subgénero, y sobre
todo de calidad. Uno de estos títulos es The
White Storm, una trepidante película de acción, venganzas y narcotráfico
con Louis Koo, Lau Ching-Wan (o Sean Lau) y Nick
Cheung como protagonistas, dirigidos por Benny Chan y con acción firmada por Nicky Li, miembro del equipo de especialistas de Jackie Chan. La
conjunción de estos nombres nos ofreció una de las últimas muestras del
subgénero que además tenemos la suerte de poder ver en Netflix en España. Una
oportunidad para recordar el mejor cine de acción hongkonés.
Una operación para detener al mayor
narcotraficante del Triángulo de Oro, el Buda de Ocho caras, con tres amigos de
la infancia convertidos en policías, terminará en tragedia con el fallecimiento
de uno de ellos. Pero seis años después el peligroso narco volverá a dar
señales de vida, y los dos policías que quedan, uno de ellos ascendido tras
trabajar como infiltrado, y otro de ellos, el líder de la operación en el
pasado, totalmente hundido, se pondrán manos a la obra, por separado, para
detenerle. Como puedes ver, la trama no es original, pero claro, a estas
alturas del siglo XXI, es difícil que una película policíaca sea original, pero
es su desarrollo y las secuencias de acción las que proporcionan la
originalidad. Benny Chan, director de películas como A Moment of Romance (1990) con Andy Lau, el díptico Gen-X Cops (1999) y Gen-Y Cops (2000), Shaolin (2011) o los films de Jackie Chan Who Am I? (1998), New Police
Story (2004) o 2 Ladrones y Medio
(2006) se encargó de dirigir, co-guionizar y producir una película trepidante,
con sus dosis de drama que contiene un tramo final apoteósico repleto de balas,
sudor y sangre. La parte dramática no está demasiado acentuada, pero lo
suficiente para que estos monstruos de la interpretación demuestren que se
puede hacer cine de acción sin olvidar el drama, algo habitual en el cine de
Hong Kong ya que estrellas como Koo, Lau o Nick Cheung puedes verlos en dramas,
comedias o películas de acción (además de cantar muchos de ellos) Esta parte de
drama brilla con el buen desarrollo de los personajes, usando el sentimiento de
culpa en el caso de Lau Ching-Wan y con ciertos giros de guion que prefiero no
desvelar en las relaciones entre los tres policías protagonistas desde el
principio del film. No obstante, estamos ante una película de acción, por lo
que tenemos un montón de secuencias estupendas, donde Nicky Li se explaya con
tiroteos estupendos y un trabajo de especialistas de esos que duelen y que, lo
siento por ellos, nos encanta.
Rodada en Hong Kong y Tailandia,
la acción de Nicky brilla en cada secuencia, como la inicial en Hong Kong, o
una de las más importantes en la historia de la película, en Tailandia, con
persecuciones, explosiones y tiroteos que ponen el nivel muy alto, superado en
la secuencia final, un colofón espectacular y sangriento. Carece de
ralentizaciones y demás efectos visuales que podrían recordar al cine de John
Woo, lo cual se agradece para dotar de un aspecto realista a estas secuencias,
pero sin olvidar la espectacularidad y los momentos dolorosos que indicaba
antes. Es algo que me gusta mucho de esta tormenta blanca, que, aunque echa
toda la carne al asador en la secuencia final, no descuida el metraje anterior
ofreciendo acción sin parar con esos momentos más calmados y dramáticos,
equilibrando todo de forma estupenda. Antes he dicho que no recuerda
visualmente al cine de John Woo, pero sí tenemos algunos detalles habituales
del heroic bloodshed como el
intercambio de pistolas y la relación entre los amigos que recuerda vagamente a
Una bala en la cabeza (1990), la de
Woo, no la de Stallone de 2012. El dinamismo de Benny Chan junto a la calidad
como actores de todos los integrantes la convierten en una película
indispensable del cine chino de los últimos años, a pesar de que no consiguió
demasiados premios en los diversos festivales en los que participó, pero la
verdad, ni falta que hace ya que el disfrute de las más de dos horas que dura
es innegable. Acción, drama, estupendos actores, buenos giros de guion… No
necesitamos más para disfrutar de una película de acción más tradicional, sin
exceso de efectos digitales. Una maravilla que cualquier amante del cine de
Hong Kong y del cine de acción debe ver, y al poder verla de forma legal en
España, perfecta para este confinamiento que sufrimos en todo el mundo,
evadiéndonos con el cine que más nos gusta y que tuvo una secuela con Andy Lau
sumándose al reparto.
NOTA: 7’75
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