BREAKING NEWS: EL RITMO Y EL ESPECTÁCULO

El 10 de marzo de 2013 acudí, debido a mi trabajo en la revista Acción Cine y Vídeo, como invitado a la Universidad Rey Juan Carlos, en el Campus de Vicálvaro, a la proyección de la película surcoreana The Chaser y hablar junto a otros dos invitados de esta película para los estudiantes de Comunicación Audiovisual. Esta gratificante actividad provocó que el organizador de este cine-forum, Mario Rajas, actual Vicedecano de Infraestructuras Tecnológicas y Sectores Profesionales, me pidiese participar en un proyecto de crowfunding para conseguir editar el libro Análisis de Secuencias 2: Técnicas de Realización, que vería la luz en mayo del 2014. Mi contribución fue el análisis de la secuencia de apertura de la película de Johnnie To de 2004 Breaking News, siendo mi primer escrito en un libro. Y este análisis, me apetece compartirlo en el blog tal cual lo escribí.

INTRODUCCIÓN

Desde que John Woo revolucionó el cine de acción a nivel narrativo con Un mañana mejor (Yin hung boon sik, John Woo, 1986) y a nivel visual con The Killer (Dip huet seung hung, John Woo, 1989), poca innovación ha tenido tanto el cine de acción balística como el thriller policíaco. Numerosos directores se cobijaban en el heroic bloodshed o matanza heroíca atiborrando las secuencias de planos ralentizados e innumerables bullet ballets. Es cierto que algunas de estas películas llegan a convertirse por motivos propios en grandes películas de su década, pero el empujón que le dio John Woo a este género no se ha repetido hasta la llegada de Johnnie To. Esto ha hecho que se le compare con Woo debido a ciertas similitudes como son las influencias europeas y norteamericanas de ambos directores. Pero aquí acaba la cosa, ya que los estilos de sus películas son muy diferentes. Mientras que Woo ha visto como su estética para la violencia era lo único que conseguía que siguiese trabajando en Hollywood, antes de volver a su China natal con el excepcional díptico que es Acantilado Rojo (Chi Bi, John Woo, 2008), To ha sabido hacerse un nombre gracias a la profundidad de sus historias y su sobriedad a la hora de acometer secuencias de acción. Puede ser muy espectacular, pero siempre tratando de acercarse a la realidad todo lo que la propia historia le puede acercar. La influencia del cine noir y el polar francés deja su huella en el cine de To, uniéndose a la propia idiosincrasia china y creando una serie de películas que merecen ser analizadas una a una. La atmósfera es otro de los factores esenciales en la carrera de To, con un toque de melancolía que impregna todos sus films, apoyándose en una serie de actores fetiche como Lam Suet, Richie Ren, Nick Cheung, Cheung Siu-Fai, Anthony Wong o Simon Yam. Pero si existe un elemento primordial en la técnica de To como director es el ritmo y la planificación de sus películas. Un ritmo que dotan a sus películas de personalidad propia alejándolas de los estereotipos del cine de gángsters asiático más conocido, pero emparentándole a la vez con películas del mismo subgénero surkoreano. Este ritmo pausado es llevado al límite en el espectacular plano secuencia de Breaking News (Dai si gin, Johnnie To, 2004) cambiando en función de lo que va pasando en los seis minutos y medio que dura. Un trabajo ofrecido al operador de cámara de El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo (The Lord of The Rings: The Fellowship of the Ring, Peter Jackson, 2001) y que declinó la oferta dada su complejidad técnica. Violencia y acción interna sin necesidad de hacer secuencias acrobáticas para que funcione correctamente como gran secuencia de acción. Esta vuelta de tuerca pretende aportar una frescura a la vez que un clasicismo para conseguir captar al espectador sin demasiados artificios.

 ANÁLISIS

La secuencia comienza con un plano estático de unos rascacielos de Hong Kong (01), situándonos en el espacio. Siete segundos después, tras finalizar los créditos principales, comienza el movimiento de la cámara, con una velocidad prácticamente constante durante todo el plano-secuencia. Realiza un travelling descendente que nos muestra una pequeña calle cualquiera de la excolonia británica (02). La banda sonora es una composición con tintes de chill out o new age que se mezcla con el ruido propio de la calle, coches que pitan, un martillo neumático de una obra… Es muy interesante ver cómo juega constantemente con el sonido, pasando de la música incidental a los efectos sonoros, incluso mostrando una cosa mientras escuchamos otra acción que está fuera de campo. Tras dibujar una media luna, sigue deslizándose hacia abajo siguiendo a un coche en movimiento y centrándose después en un transeúnte. En unos escasos 30 segundos hemos pasado de un plano de situación a uno general, americano y plano medio (03). La cámara se queda a la altura de los ojos y pivota cuando el peatón pasa por delante y entra en un edificio, momento para que la grúa suba por fuera del edificio dos pisos, hasta la ventana del apartamento a donde se dirige el individuo. (04) Dentro podemos ver a un grupo de hombres organizándose, y es el primer momento donde vemos al villano de la historia, interpretado por Richie Ren. Ren se acerca a la ventana y mira por ella. (05) La cámara recula y gira, siguiendo su mirada hacia la calle acompañando con otro travelling descendente y en diagonal respecto a Ren. Cada movimiento mantiene la velocidad de forma exacta, dando la información precisa para comenzar a construir en nuestra mente lo que está pasando. Un periódico entra en plano cayendo hacia un coche. La cámara mantiene su movimiento continuo pero centrándose en el periódico. Su caída se detiene en un coche y el conductor saca el brazo para coger el periódico. (06) En ese preciso instante la cámara detiene su movimiento descendente para dirigirse a la misma velocidad, hacia el coche aparcado en la calle. Escuchamos un diálogo entre los ocupantes del coche y la cámara gira alrededor del coche para permitirnos ver a sus ocupantes, dos policías. (07) Sin tener que explicar nada con palabras, To nos presenta una típica situación de vigilancia policial, dejando claro los dos bandos que se encuentran en esa calle. La presentación de personajes es sutil pero precisa y justo en este momento es cuando percibimos que algo va a cambiar. La tensión va a ir creciendo con la ausencia de banda sonora, desapareciendo justo cuando los policías comienzan a hablar entre ellos. To consigue que prestemos mucha atención a lo que va a ocurrir a continuación.  Los policías reciben información por radio de la inminente salida del grupo de delincuentes que estaba en el apartamento. A partir de aquí, To juega con el sonido y la imagen, haciendo que escuchemos una cosa, pero mostrando otra diferente, paralela a la que oímos. Primero la acción se centra en los policías y su vigilancia, metiéndonos en el propio coche cuando la cámara mantiene la velocidad constante para colocarse sobre el techo del coche a la vez que Richie Ren sale del edificio y a continuación baja lentamente hasta mostrarnos todo a través de la luna trasera del coche de policía, agazapado y colocándonos en una situación privilegiada. (08) Un coche entra marcha atrás hasta colocarse delante del de los policías. Entran en plano dos agentes uniformados que se dirigen hacia el coche que acaba de entrar en escena. La situación puede comenzar a descontrolarse. La cámara se mueve hacia donde están los delincuentes del apartamento, mostrándonos cómo vigilan la escena, esperando a que los policías se vayan. Esto provoca un aumento de la tensión donde las miradas y las actitudes comienzan a salir. El espectador tiene toda la información mientras que cada grupo que está en la secuencia tiene sólo una parte, sobre todo los dos policías de uniforme. La banda sonora ha desaparecido, y la cámara flota entre todos los personajes de la escena mostrando la tensión en aumento para, acto seguido, realizar un barrido de casi 360º mostrándonos la situación en la calle, mientras escuchamos a los policías de uniforme hablar con el conductor del vehículo. Policías disfrazados, obreros, gente paseando… El sonido está copado por los policías de uniforme mientras los dos bandos tratan de mantener la calma. La cámara se centra en el coche de los policías de paisano, dando órdenes para despejar la situación por lo que cambia el punto de vista y nos permite ver por dónde van a ir los tiros, nunca mejor dicho. El movimiento continúa hacia un mecánico que empieza a discutir con otro hombre. (09) Sabemos que son policías de incógnito tratando de que los agentes salgan de la escena. De fondo podemos seguir escuchando a los policías de uniforme hablar con el conductor del coche. A medida que discuten, la cámara se dirige hacia el coche de los delincuentes. La tensión parece bajar gracias a la actuación de los policías de paisano y uno de los agentes se aleja del coche de los delincuentes. Volvemos al punto central de la situación, el coche,  y el agente deja al conductor que se vaya. La cámara se queda fija en un plano general, y el policía ve la bolsa que hay dentro del coche. (10) Seguimos escuchando la discusión mientras otro de los delincuentes se da la vuelta al preguntar el policía por el contenido del coche. La música reaparece con un sonido metálico y que se mantiene los siguientes doce segundos de plano general fijo, aumentando la tensión poco a poco apoyado por las miradas entre el agente y los dos delincuentes que están al lado del coche. El agente de uniforme se da cuenta de que algo no anda bien y da un paso atrás mientras enciende su radio para contactar con la comisaría. Los dos delincuentes desenfundan y disparan a los agentes, primero al que estaba junto al coche y después a su compañero. (11) La cámara gira hacia los policías del coche, que salen del vehículo y comienzan a disparar. De nuevo pivota sobre su eje y pasa a mostrarnos al resto de policías de paisano durante el tiroteo. Un travelling hacia atrás va mostrando la situación de un lado, compuesto por policías y algunos obreros que estaban trabajando en la calle. Un policía es herido y un compañero le ayuda a entrar por una puerta para cubrirse. La ausencia de música consigue dar mayor dramatismo y realismo a la escena. Sólo se oyen los disparos, los impactos de bala y alarmas. Una vez que nos han mostrado a los policías parapetados, la cámara pivota para  pasar a enseñarnos a los delincuentes, realizando la cámara el mismo movimiento que antes, pero a la inversa, es decir, comenzando con un travelling hacia delante, una especie de dibujo en forma de ‘V’ que paraleliza la escena y termina cuando se vuelve a centrar en el coche de policía y la llegada de refuerzos (12). Mantiene así un eje de acción en la mitad de la calle creando una sensación de vértigo sin tener que mover la cámara de forma brusca. Al contrario, todos los movimientos son relativamente lentos pero perfectamente sincronizados con las acciones que nos van mostrando. Uno de los policías recién llegados corre hacia sus compañeros, y la cámara le usa para girar, con él en plano, hasta colocarse detrás del protagonista, Nick Cheung, uno de los policías del coche que vigilaba. La grúa hace un picado ascendente por encima del coche para mostrarnos a uno de los delincuentes en la ventana del apartamento de la segunda planta. (13) Este plano además ayuda a situarnos un poco en la acción, a ‘ordenar’ la situación de cada uno de los personajes. Sigue subiendo y acercándose a la ventana para seguir al francotirador, que espera hasta que la cámara está cerca para saltar hacia la calle. Durante todo el movimiento, los efectos de sonido apoyan al plano, dejando de fondo el tiroteo de la calle y jugando así con la propia altura de la acción, con los balazos contra las paredes del edificio. A pesar de que el delincuente baja a saltos, el ritmo de la cámara no varía demasiado, dando tiempo a alcanzar al delincuente antes de su siguiente salto. Llegamos a la altura de la calle a tiempo para que el delincuente se esconda justo en el momento en el que llega un furgón de la policía en un plano general perfecto y equilibrado para el tiroteo que comienza contra la furgoneta. Entra en plano Richie Ren ordenado subir al furgón (14) y tras gritar la orden, la cámara sube de nuevo mostrando la retirada de los delincuentes. Uno de ellos es herido en una pierna. El plano tiene una composición diagonal, dando así mayor fuerza a la retirada, un sentimiento casi militar.  La cámara sigue subiendo y moviéndose hacia atrás para abrir el plano de forma natural, dejando al equipo de Ren en un plano general donde siguen disparando y van subiendo al furgón (15). Sin sacarlos de cuadro, la cámara baja hasta colocarse sobre el hombro izquierdo de Nick Cheung, que se encuentra detrás de su coche disparando (16). Cheung avanza disparando mientras la cámara le sigue, aunque mantiene el furgón en el centro del plano. Esto provoca una sensación de distancia y un acercamiento al bando de la policía, sabiendo que se van a escapar. Un zoom se centra en el furgón, donde uno de los delincuentes apunta con un lanzagranadas y dispara. Acompañando al efecto de sonido, la cámara hace un barrido hacia la derecha muy rápido, terminando el plano secuencia con la explosión de la granada contra un coche.

 

CONCLUSIONES PERSONALES

Johnnie To demostró con esta secuencia que el ritmo del cine de acción no debe basarse en un montaje rápido y espectacular. Cada película requiere un tipo de filmación diferente, que enriquezca la historia y aporte un sello concreto a la película. El genial uso del ritmo interno de la historia, manteniendo un tono sobrio a nivel estético aportan una frescura muy de agradecer por parte de To, dando un paso más allá en este subgénero policíaco, una evolución natural entre sus cintas más comerciales visualmente y el cine de Hong Kong unido a la influencia que numerosos directores europeos han ejercido sobre el genial director. El uso del espacio como telar de fondo de una historia donde teje magistralmente historias complejas que cogen lo mejor del cine de yakuzas japonés, Tríadas chinas, el polar francés e incluso reminiscencias de Hitchcock o Kurosawa. El estatismo visual es característico de todas estas influencias, donde se muestra sólo lo preciso. En la secuencia comentada tenemos un mcguffin en la bolsa del coche. Es el motivo final que hace estallar la situación. El inteligente uso de la música incidental, con esos rasgares metálicos que llegan a su momento álgido cuando comienza el tiroteo, y tal y como vino, la música desaparece siendo sustituida por el tiroteo. Para todo esto se apoya además de la técnica más básica de la composición de cada plano. Más básica pero no por ello menos efectivo. El uso de los puntos fuertes del plano para centrar a personajes o periódicos y ayudar así a marcar los diferentes momentos de inflexión de la acción dejan al espectador muy centrado para ir fijando su atención y conseguir lo que To quiere, marcar los dos bandos de acción, presentarnos a los personajes de forma sencilla y anunciarnos lo que veremos durante toda la película. Esta carta de presentación o declaración de principios consigue meternos de lleno en la acción y en la idea subyacente de la película, el uso de la televisión como medio para un fin, un ‘todo vale’ para atrapar a los delincuentes que han mostrado su brutalidad nada más empezar. Puede que suene muy arquetípico al mostrarnos a los delincuentes como malvados sin escrúpulos mientras que los policías intentan hacerlo lo mejor que pueden. Pero como se puede ver, un pequeño error puede ser fatal y lo que parecía un plan efectivo se convierte en un estrepitoso fracaso. Se puede ver una analogía entre la coordinación de los dos equipos y la del propio director respecto al rodaje de este plano-secuencia. La tensión en aumento sólo nos puede traer más acción, subiendo de ritmo desde que comienza la secuencia hasta su desenlace, y por lo tanto el riesgo de que algo salga mal.

La violencia que suele mostrar To es sucia, realista y brutal, pero siempre la muestra sin heroicismos o tintes casi míticos. No se recrea en ella y de nuevo tenemos en esta secuencia una forma de tratarla fría y desagradable, áspera. No tenemos sangre, pero estamos muy metidos en la historia, en el tiroteo, de nuevo con los efectos de sonido muy marcados. La cámara se mueve despacio mostrando toda la situación sin un montaje videoclipero. Esto no significa que sea peor o mejor que otras películas más espectaculares visualmente, pero recupera una tradición dentro del género que poca gente puede manejar como lo hace To. La herencia de Hitchcock se nota en la planificación de toda la escena. El detalle con que planificaba Hitchcock sus rodajes es el mismo que ha usado To en toda su carrera, culminando en este plano secuencia y ayudado por el equipo de especialistas de Yuen Bun, colaborador habitual de To. Todo esto refuerza la idea que tiene como director y productor con su MilkyWay Image, manteniendo el equipo técnico todo lo que puede y entendiéndose a la perfección en todos los aspectos. El férreo control sobre sus propios productos le permiten hacer las películas que quiere en cada momento, alternando joyas policíacas como Breaking News con otras cintas más comerciales y en otros géneros, pero con el mismo éxito que sus films noir.

Esta película le puso en primera fila a nivel internacional, elevándole a la categoría de autor de moda. Su pulso firme a la hora de afrontar cualquier tipo de secuencia, género o situación, y ese estilo más sobrio le han dado un impulso internacional que no esperaba pero que ha mantenido con el resto de películas que ha rodado, siempre fiel a su propio estilo y a las influencias más marcadas en él. Otro de los puntos importantes es la excelente forma de meternos en la historia que nos ofrece en esta secuencia de apertura. La sincronización antes mencionada es el elemento clave para que la secuencia funcione. Nos va metiendo poco a poco en la historia, compartiendo la información lentamente, hasta que podemos darle forma al puzle. Justo en ese momento, nos mete de lleno en la acción con la cámara al hombro pero sin necesidad de marearnos, acompañando a los dos bandos y haciendo sentir lo mismo que van sintiendo a medida que la escena aumenta en tensión. Busca la misma sensación de caos dentro de un tiroteo pero con unos movimientos lentos y suaves que hacen que nos deslicemos entre policías y delincuentes y vivamos la situación muy de cerca.  Y esto lo consigue sin llegar a la empatía con los personajes que van apareciendo, sólo con la cámara. Esto, unido al aumento de la tensión constante, conforma este gran ejemplo de coordinación y planificación dentro del cine, un camino diferente dentro del género policíaco que sin embargo usa algunos recursos fácilmente identificativos para recordar que es un thriller de Hong Kong. Detalles como el uso por parte de Richie Ren de disparar a dos manos o el plano final de zoom rápido cuando usan el lanzagranadas. No en vano el subtítulo de la película es This is a Great Show, y espectáculo vamos a tener. La frialdad de la escena y la atmósfera asfixiante es otra de las características de To a la hora de dirigir, con ese toque del cine policíaco de los ’70. Tras tres días de rodaje, este plano-secuencia de apertura quedó concluido, con numerosos ensayos hasta que salió perfecta. Pocos directores consiguen captar tan bien la atención del espectador como To en el actual thriller asiático, y aquí hace un homenaje al cine de acción que le marcó la forma de dirigir. La imagen es más importante para To que la palabra, por lo que sus películas suelen explicar muchas de las cosas que ocurren con silencios, afianzando así las historias que cuenta y permitiendo desarrollar sus guiones con la calidad que cada nueva obra suya demuestra continuamente.

Se le puede considerar, no obstante, el director hongkonés más occidentalizado, aunque como he dicho, sus influencias son muy variadas que incluyen cineastas estadounidenses o asiáticos. Esta mezcla consigue aunar los diferentes estilos de los que bebe y permiten adentrarnos en un punto de vista diferente y único, enriquecedor y digno de estudio, una forma que ha creado escuela a través de su productora, MilkyWay, donde además produce películas dirigidas por sus guionistas habituales. Esta red tejida dentro de la industria hongkonesa consigue que todos los años se estrenen buenas propuestas de cine policíaco y de acción, mezclándose con las comedias románticas de las que es tan aficionado To, sorprendiendo por su buena mano en dicho género, alejándose del pesimismo que impregna sus películas, con personajes despojados del halo épico de otras propuestas más comerciales. Hay quien afirma que existe una poética visual en los trabajos de To, a pesar de ser justo lo contrario de otros directores como Wong Kar Wai, minimalista en todos los aspectos. Esta poética casi zen le acerca a la estética del cine de yakuzas japonés, incluyendo lo referente a la violencia descarnada, como se ha podido ver en Election (Hak se wui, Johnnie To, 2005) y su secuela. Para concluir, esto se une a su vez a la violencia mostrada en el thriller surkoreano, películas como The Yellow Sea (Hwanghae, Na Hong-jin, 2010) o Sympathy for Mr. Vengeance (Boksuneun naui geot, Park Chan-wook, 2002), creando una retroalimentación entre las distintas cinematografías que se va enriqueciendo mutuamente manteniendo el género en evolución constante. Y es que en definitiva, la labor de To como autor está consiguiendo, junto al esfuerzo de otros directores contemporáneos, mantener este género vivo, buscando nuevas formas de narrar historias clásicas y consiguiendo que el espectador disfrute con películas que no sólo tengas efectos digitales de última generación ni millones de planos por segundos. Un cine para disfrutar, para dejarse llevar a la historia de forma real y carente de artificios que al final están vacíos y que no logra dejar un recuerdo en nuestro cerebro. Es en ese rincón del cerebro donde los planos, diálogos y situaciones que nos muestra To se quedan, dejándonos con una sensación de haber disfrutado y aprovechado cada uno de los minutos que hemos pasado metidos en su universo. Un innovador del género usando el cine más clásico, conociendo el mecanismo necesario para llevar al espectador a donde él quiera en cada momento. Jugando con la empatía y las emociones continuamente para sorprendernos continuamente. Un cine vivo y con muy buena salud.

 IVÁN FERNÁNDEZ

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