56º CUMPLEAÑOS DE BRANDON LEE

 


El pasado 1 de febrero, Brandon Lee hubiese cumplido 56 años y el próximo 31 de marzo se cumplirán 28 de su fallecimiento, que coincide con la edad que tenía al morir. Una estrella con una carrera demasiado paralela a la de su padre (series de televisión hasta triunfar en el cine marcial) pero sin el mismo brillo. ¿Cómo habría sido su carrera de no haber tenido ese fatídico accidente? Para ello, creo que hay que hacer un pequeño análisis de cómo fue su carrera hasta el rodaje de El Cuervo ya que nos podría dar las claves de ese supuesto futuro que hubiese tenido, aunque es evidente que es una simple y personal especulación.

Según alguna fuente, su primera participación fue en la película policíaca Zeus, the crime killer (1985), como mafioso en la escena de apertura, pero tras ver dicha escena en una copia de mala calidad, junto a que aparece acreditado un tal Brady Lee Smith, me da que no es cierto, pero si lo fuese, tampoco significaría demasiado. Un año después no podría evitar conseguir un trabajo a la sombra de su padre apareciendo en la película para televisión Kung Fu: La Película, un pretendido episodio piloto de una modernización de la mítica serie. Un papel importante, el mismísimo hijo de Kwai Chang Caine, pero lejos de las intenciones de Brandon de convertirse en actor, prescindiendo de la ayuda de su apellido o de las artes marciales. Y en ese mismo 1986 protagonizaría su primera película en Hong Kong, Legacy of Rage, titulada en España Brandon Lee: La Leyenda Continúa, un gancho para venderla y en la que se ocultaba un estupendo actioner con Ronny Yu como director. De esta forma intentaría abrirse camino en Hong Kong, pero sin éxito, a pesar de la calidad de la película y donde ya mostraba mucho carisma. Pero no continuó con su carrera en la ahora ex-colonia británica, quizás por alejarse del legado de su padre, por lo que volvió a Estados Unidos, donde repetía en televisión apareciendo en un episodio de la serie Ohara (1987-1988), protagonizada por Pat Morita, que interpretaba al policía que da nombre a la serie. Brandon aparecería interpretando a Kenji en el episodio 12 de la segunda temporada, titulado What’s in a Name, emitido el 23 de enero de 1988. Una pequeña aparición como yakuza malvado previa a su siguiente largometraje como protagonista, Laser Mission (1989), co-producción entre Estados Unidos, Sudáfrica y Alemania que nos presentaba al agente libre Michael Gold (Brandon), al que la CIA contrata para que encuentre y lleve a Estados Unidos al científico experto en láseres Braun, que se encuentra en Cuba, antes de que la KGB rusa lo haga. El motivo es un enorme diamante que serviría para construir un láser tremendamente potente y mortal. Es una explotación de James Bond en toda regla, mal dirigida y con un presupuesto muy bajo, pero que contó además de con Brandon, con una vieja gloria de Hollywood, Ernest Borgnine. A pesar de no querer ser un héroe del cine marcial, de nuevo las muestra, pero la película, a pesar de sus esfuerzos y del resto del reparto, es bastante mala. Claro está que Brandon no tenía demasiado peso en la industria, y conseguir cualquier papel es necesario mientras llega la oportunidad dorada. Y la primera llegaría en 1991 en su siguiente película, Little Tokyo: Ataque Frontal.




Una buddy movie repleta de acción con Dolph Lundgren que se ha convertido en película de culto, aunque fuese una serie B que se estrenó en cines. Aquí Brandon dio un salto de gigante respecto a su anterior trabajo sin ser la gran estrella del film. Es una estupenda carta de presentación en Hollywood, haciendo borrón y cuenta nueva y desplegando ese carisma para llamar la atención de los productores hasta el punto que sólo un año después, en 1992, llegaría su consagración con Rapid Fire, su mejor película de artes marciales y donde ya llevaba casi todo el peso de la película a sus espaldas. Estupendas peleas que coreografió él mismo junto a su gran amigo, y leyenda del mundo de los especialistas y coreógrafos, Jeff Imada. Un papel que dejaba claro que podía ser esa estrella del cine de acción que intentaba no ser, pero que finalmente parecía destinado a ser. A pesar de ser una película de un gran estudio, la 20th Century Fox, no tendría continuidad en películas de medio presupuesto al menos, pero tras demostrar que como artista marcial y héroe de acción valía, su siguiente papel le encaminaba a su sueño, ser un actor, aunque también sería una película de acción. Me refiero a la que sería su última película, El Cuervo. Una producción con bajo presupuesto adaptando un maravilloso cómic y donde interpreta, como ya sabrás, a Eric Draven, asesinado junto a su novia la noche de Halloween, pero que un año después resucitará para cobrarse su venganza. Un personaje con muchos matices, siniestro y oscuro, que bordó sin lugar a dudas. Pero el famoso accidente que acabaría con su vida, acababa también con su carrera abruptamente.



Viendo este pequeño resumen, es evidente que Brandon comenzó su carrera gracias a ser el hijo de Bruce Lee, pero lejos de superproducciones. Poco a poco fue consiguiendo subir un peldaño más en su carrera hasta lograr que le tomasen en serio, siendo consciente de que el cine marcial y de acción era el que le ayudaría en ella. Tras El Cuervo, puede que le hubiesen ofrecido una secuela, que podría haber hecho sin problemas, pero antes hubiese rodado la segunda entrega de Rapid Fire, sobre la que la Fox estaba trabajando mientras Brandon rodaba El Cuervo. La historia original que iba a dar pie a Rapid Fire 2 era sobre un policía que debe encontrar unas bombas escondidas por toda la ciudad, ayudado por el dependiente de una tienda al que el protagonista, sin querer, involucra. ¿Te suena de algo? Este guion, que se iba a modificar de cara a ser esa secuela, terminaría siendo la base de Jungla de Cristal: La Venganza (1995) tras fallecer Brandon. Pero como estamos hablando de supuestos, ya tenemos al menos dos películas más que podría haber rodado. De esta forma ya sería una estrella del género taquillera, y nos hubiese dado más películas de acción, pero seguramente también hubiese probado en otros géneros. Uno de ellos, el de superhéroes ya que Brandon declaró en una entrevista que era fan de los cómics y uno de los personajes que le gustaba era el mismísimo Lobezno. No es que sea un personaje que de primeras le quedase bien, y hasta el año 2000 no llegaría X-Men, por lo que durante la última mitad de los noventa, hubiésemos tenido varias películas de acción. Una de ellas hubiese estado dirigida por John Woo. ¿Por qué digo esto? Fácil, el propio Brandon quería a Woo para Rapid Fire, así que es probable que o bien Woo hubiese rodado la segunda parte, o bien hubiese dirigido otra con Brandon como protagonista. Hay que tener en cuenta que, en 1993, Woo se estrenaría en Hollywood con Blanco Humano, por lo que es fácil que tras ella, hubiese dirigido a Brandon. Por otro lado, Brandon también era fan de Jackie Chan, quien a principios de 1996 daría la campanada con Duro de Matar, comenzando su carrera de éxito en Hollywood, así que de nuevo podríamos haber tenido una película con ellos dos de protagonistas. Casi nada. Que si John Woo, que si Jackie Chan… y dudo en equivocarme si digo (o escribo) que estos films hubiesen sido grandes éxitos, a las que se hubiesen sumado más actioners y conseguir una sólida carrera en Hollywood. Pero a la vez, Brandon hubiese buscado papeles sin acción, seguramente en películas más pequeñas, donde demostrar su talento como actor lejos de las artes marciales. Hubiese sido un icono del cine, y aunque la sombra de su padre seguiría sobre él, hubiese conseguido hacerse un nombre como actor, dentro y fuera del marcial y de acción a quien su madurez le hubiese unido a otras estrellas más recientes y conseguido además que le tomasen en serio como actor dramático. ¿Puede, entonces, que el propio cine marcial hubiese conseguido también ese respeto más allá de la serie B? Es probable, y también puede que no hubiese pasado al cine dramático puro y duro, quedándose en la acción, aunque las películas tuviesen buenos personajes y tramas consistentes más allá de empalmar escenas de acción en guiones-excusa. Lo que está claro es que Brandon era consciente de que podría conseguir que se le abriesen muchas puertas con su apellido, pero prefirió empezar desde abajo, trabajarse el éxito, aunque significase hacer películas mediocres e incluso que terminase siendo su apellido una pequeña ayuda de cara a los castings a los que se presentaba. Pero como decía al principio, esto es sólo una elucubración personal, y nunca sabremos si se hubiese hecho algo de esto realidad. Por suerte nos ha dejado al menos tres películas indispensables en el cine de acción de la época como son Little Tokyo: Ataque Frontal, Rapid Fire y El Cuervo, así que, gracias, Brandon y te deseamos desde Ronin Cine Asiático un feliz cumpleaños que has pasado con tu padre y con el que seguro que, de no haber fallecido también, nos hubieseis regalado alguna película juntos que sería ahora un auténtico clásico…

Comentarios

Juanan Domenech ha dicho que…
Muy bueno Iván
;)
Iván Fernández ha dicho que…
¡Gracias Juanan!
Cristina ha dicho que…
Muy interesante el artículo y muy bien documentado!!
Iván Fernández ha dicho que…
¡Gracias Cristina!