CRÍTICA - VANGUARD (2020)

A pesar de haberse rodado de cara a su estreno para el Año Nuevo Chino del pasado 2020, debido a la tan ya trillada pandemia, Vanguard no vio la luz hasta el 30 de septiembre en China, comenzando así a estrenarse por diversos países asiáticos y occidentales en los sucesivos meses, incluyendo España el pasado 22 de enero. De esta forma Jackie Chan ha vuelto a nuestras televisiones para deleite de sus fans, o para seguir criticando de forma cansina cada estreno suyo mientras los mismos que le critican no dejan de pedirle lo imposible, que ruede al estilo de lo que solía hacer en los ochenta y parte de los noventa. Pero no voy a centrarme en esto, claro está. Ya he escrito un artículo defendiendo su cine en el siglo XXI para Dragonz Magazine, y he dejado clara mi postura en redes sociales, comentando con amigos, por lo que, para poder disfrutar de esta película, es necesario verla como un producto de esta época, ignorando las cinco colaboraciones anteriores entre el Torbellino de Hong Kong y el especialista y director Stanley Tong, es decir, Supercop (1992), Duro de Matar (1995), Impacto Inminente (1996), El Mito (2005) y la odiada y vilipendiada Kung Fu Yoga (2017)

Jackie interpreta a Tang Huanting, responsable de la empresa de seguridad privada Vanguard. Cuando uno de sus clientes es secuestrado por unos mercenarios, se pondrá manos a la obra junto a su equipo para rescatarle, emprendiendo un viaje desde Londres a Dubai o África, repleto de acción y aventuras. Un esquema tópico en los últimos años de Jackie, donde se rodea de un reparto joven en una aventura de acción y CGI, animales incluidos, pero superior a Kung Fu Yoga. Aquí Jackie interpreta al jefe de Vanguard, estando mucho más comedido que en sus últimas películas, pero sin olvidar el humor, que aquí esquiva ese tono algo infantil de las anteriores propuestas de esta leyenda viva del cine hongkonés (aunque sus películas ahora sean producciones chinas, y no de la ex-colonia, como ésta) Aunque Jackie ya ha interpretado a líderes, como en Los Tigres del Tren (2016), aquí está más justificado aún que delegue en ese reparto joven para las secuencias de acción, con gente como Yang Yang, Allen Ai, Muqi Miya o Yang Jian-Ping. Pero para dichas secuencias, tenemos a veteranos para coordinar especialistas o coreografiar las peleas, y es que tenemos al propio director, Stanley Tong y a Han Guanhua, miembro del equipo de especialistas de Jackie Chan. Bueno, Han no es que sea de la misma quinta, pero lleva desde 2003 trabajando con Jackie, doblándole en escenas de riesgo (sí, a Jackie le llevan doblando, por unos motivos u otros, muchos años), como asistente del coordinador de especialistas y como director de acción, por lo que conoce bien al Torbellino de Hong Kong. Y gracias a esto, la acción es bastante buena, con un uso puntual de cables y mezclando tiroteos con peleas. Tenemos además a Bruce Law, toda una institución del mundo del especialista, coordinando las secuencias arriesgadas con coches, y tenemos unas cuantas (con algo de CGI) Tampoco te voy a engañar. No es que sea un peliculón con acción digna de recordar, pero sí consigue ser un trabajo muy compacto, que va al grano y con muy buen ritmo, que unido a ese humor ligero, consigue colocar a esta película entre los mejores trabajos de Jackie en, al menos los diez últimos años. Incluso los animales creados digitalmente (hienas y leones) consiguen no cargar tanto como en la mencionada ya un par de veces Kung Fu Yoga. Otro elemento que ayuda a todo esto es Brahim Chab, también miembro esporádico del equipo de especialistas de Jackie que aquí consigue su primer gran papel de villano, aunque en Abduction (2019), con Scott Adkins y Andy On, ya fue el malo de la función, pero debido al maquillaje y a la trama de ciencia-ficción, junto a que es una película de bajo presupuesto, ha llamado menos la atención del público general, y aquí consigue que nos quedemos con su cara. Tenemos también al alemán Can Aydin (Plan B), a Temur Mamisashvilli (Bleeding Steel), otro de los occidentales que ha pasado por el Jackie Chan’s Stuntmen Association, y a Tomer Oz (Dragon Blade), nombres que, exceptuando Aydin, llevan años trabajando en Asia como especialistas o secundarios.


Me ha dado la sensación de que esta película es la respuesta de Jackie a esos fans que no son conscientes de que el tiempo pasa y los ochenta no volverán, por mucho que idealicen a su ídolo. Una buena muestra de ello es un momento en el que necesitan Jackie y sus acompañantes, en un centro comercial, bajar a otra planta, y Jackie se prepara para saltar, al estilo Armas Invencibles (1985), para pararse en seco y terminar bajando en ascensor diciendo que está muy alto. Sin lugar a dudas, Vanguard es una buena película de acción, trepidante, bien rodada, con un Stanley Tong que ha recuperado el pulso sin intentar el más difícil todavía tan habitual en el cine de Jackie, lo cual no impidió que la estrella sufriese un accidente en la secuencia del rio donde se podría haber ahogado, aunque al final fue sólo un susto. Sólo espero que sus próximas películas tengan, al menos las de acción, el mismo nivel que ésta.


NOTA: 6

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