Hoy se cumplen 48 años desde que Bruce Lee falleció, así que no puedo faltar con mi cita anual para conmemorar esta fecha, de la misma forma que lo hago el 27 de noviembre para celebrar su nacimiento. Pero este año es bastante… raro, por decirlo de alguna forma, y no sólo por la manida pandemia que ha alterado nuestras vidas. Hace tan sólo unos días salía la noticia de la subasta de unas cartas de Bruce Lee dirigidas a su amigo Robert Baker con contenidos diversos, pero donde temas relacionados con las drogas caían como bombas atómicas en los círculos de fans del Pequeño Dragón, incluyendo las redes sociales, grupos de coleccionistas profesionales o dedicadas incluso a la serie Warrior, sin olvidar a la comunidad marcial o a los estudiosos del cine marcial, asiático y demás. Eso sí, los medios de comunicación generalistas no han dedicado ni unos segundos a este tema, lo cual tampoco es que me quite el sueño. Alguien puede pensar tras leer esto que, siendo como soy un fan confeso de Bruce, y a mucha honra, debería preferir que todos esos datos cuanto menos turbios, no apareciesen en las noticias para evitar que la imagen de Bruce se destruyese, pero no es el caso, y espero que en estas líneas pueda explicarme correctamente, así como dar mi opinión (personal que no pretende sentar cátedra ni mucho menos) sobre este tema, y qué mejor que un día tan señalado como es el 20 de julio de 2021.
Y lo mejor para ir ordenando todo
es empezar por el principio, el contenido de las famosas cartas. Bueno, hay de
todo, unas donde Bruce está contento por el éxito de sus películas, otras donde
habla de planes de futuro, otras dirigidas a Linda… Pero las que han
convulsionado el Universo Bruce Lee son aquellas donde el propio Bruce pide a
Baker cocaína, setas alucinógenas, hachís o marihuana, tanto para él mismo como
para amigos suyos, como el mismísimo James
Coburn. Aquí mismo tienes algunas de ellas. Es decir, que Bruce parece ser
que tomaba numerosas sustancias ilegales y medio traficaba con ellas. Casi
nada. Ese mundo de amantes de Bruce Lee, que le idolatramos hasta casi
convertirlo en un superhéroe, un santo o un ser sencillamente superior, no se
ha tomado demasiado bien la noticia. Claro está que hay opiniones de todo tipo,
algunas cercanas a mi posición. Los más radicales dicen que es mentira todo,
que si Bruce esa cuasi divino y no cometería esos errores tan…. ¿humanos? Sí,
amigos, Bruce Lee, Lee Jun Fan, Lee Siu Long, el Pequeño Dragón, el Genio de
las Artes Marciales, el puto Bruce Lee (como diría el… puto Tarantino) era un
ser humano. ¡Oh! ¡Sorpresa! ¿Te he hecho spoiler?
Ahora, si eres un fan, digamos radical, dirás que yo no soy un verdadero fan
del Pequeño Dragón, que si cual, que si pascual, que si esto degrada la imagen
del Maestro, que si no tengo ni idea… Nunca he dicho que sepa más de Bruce que
nadie. Sólo soy un fan que aprende de y sobre su ídolo, y tengo la suerte de
conocer a auténticos expertos en la materia de quienes aprendo, como Pedro Conde, José Ramón Sales, Marcos
Ocaña o Jesús Bajo Esteban,
leyendo sus libros, artículos o publicaciones, descubriendo fotos y nuevos
datos en revistas como la maravillosa Bruce
Lee Manía. Dicho esto, respecto al concepto de ser más fan que otro, me parece ridículo. Cada uno hemos vivido la
influencia de Bruce Lee de una forma, nos ha marcado a todos por igual, pero la
intensidad con la que lo vivimos es diferente, así que no se puede medir. Que
entrenes Jeet Kune Do tres días a la
semana no te hace más fan que nadie, ni menos, claro está. Siempre he dicho una
cosa en estos temas de fan, que hay que conocer las luces y sombras de nuestros
ídolos para conocerlos de verdad, no una versión edulcorada y/o prefabricada de
los mismos, dejando fuera el componente que, en mi modesta opinión, es la que
los convierte en esos ídolos, la humanidad. Y es que ver a un superhumano,
digamos, Superman, con esos poderes, vale, sí, mola, pero cuando ves a un ser
humano normal y corriente con una trayectoria vital que te inspira, con
momentos de autosuperación, situarse por encima de la media, muy por encima, es
lo que te llama la atención. Encontrar esa fuerza para afrontar la vida, tus
sueños, luchar sin parar, y encontrar esas fuerzas que a veces te faltan, es lo
que convierte a esas personas en referentes. Gente normal que han conseguido
brillar en el aspecto que sea que los convierte en faros para las vidas de
otros, enriqueciéndolas de una forma que nunca llegaremos a agradecer. Y esa
misma humanidad les hace tener un lado oscuro, desconocido, no siempre malo,
pero que existe en cada uno de nosotros. Yin-Yang. ¿Quién no ha tenido malos
pensamientos, malos actos, vicios ocultos, del grado que sean? Y Bruce era
exactamente esto, por lo que negarlo es casi negar al propio Bruce Lee, un
estudioso del taoísmo, entre otras disciplinas filosóficas y cuyo símbolo es el
propio símbolo del no-arte de Bruce, su JKD. Bruce buscaba perfeccionarse como
ser humano, por lo que no se consideraba perfecto. ¿Podría ser esos vicios que
describen las cartas parte de esas imperfecciones que buscaba pulir? Puede que
sí, puede que no. Lo que está claro es que, a pesar y debido a las cartas, no
sabemos absolutamente nada sobre este tema. ¿Estaba orgulloso de este consumo o
era su demonio a exorcizar? Mi respuesta es… que no tengo ni idea. Ni tú, verdadero fan de Bruce Lee. Es así, un
tema como el que ha generado esta polémica queda fuera de nuestro entendimiento.
Incluso lo comenté con Pedro Conde y él mismo hablaba de lo difícil que es que
entre en nuestras cabezas que Bruce Lee consumiese cocaína, con esa obsesión
por la forma física que tenía, que choca contra el consumo de estupefacientes.
Tenemos que admitir nuestro desconocimiento del tema ya que Bruce no está para
contárnoslo.
Por otro lado, como he dicho en redes sociales, es un tema complejo con matices necesarios para comprender bien la situación y el contexto de las cartas. No, no creas que voy a justificar a Bruce en el uso y abuso de drogas, o si traficaba, nada más lejos de la realidad. Las cartas están verificadas, están escritas por Bruce Lee, no hay vuelta de hoja (al no ser que seas de los conspiranoicos y creas que se han falsificado muy muy bien para empañar la imagen de la estrella, en esa corriente, mínima, que busca derrumbar a este ídolo) pero, como bien dijo Pedro José Tena, una de las cabezas pensantes de la editorial Applehead Team Creaciones, en mi muro de Facebook, coincidiendo con lo que ya llevaba unos días dando vueltas en la cabeza, poco se habla de los años en los que se mandaron estas cartas. Hablamos de 1968, 1969, 1970 o 1971, y en aquella época se empezaba a ilegalizar en Estados Unidos la cocaína, concretamente ratificado en 1970 en la Ley de Sustancias Controladas. Al igual que con el LSD, hubo momentos donde no era legal, pero tampoco ilegal, sencillamente alegal. De esta forma podemos entender la naturalidad con la que Bruce escribía sobre el tema, aunque las leyes hongkonesas eran estrictas en el tema. En los años sesenta y setenta se experimentó mucho con las drogas, y más la gente con dinero, por lo que tampoco extraña mucho que en la vorágine del mundo de estrella en el que se vio absorbido, fuese tentado, si es que no tenía ese vicio ya antes (lo sé, algunos de esos verdaderos fans están deseando apedrearme o algo peor) Pero el caso es que las épocas cambian y la forma de ver las cosas también, por lo que, repito, lejos de querer justificarle, si conseguimos ver el puzzle de forma completa, podremos al menos conseguir entender en cierta medida en qué sociedad vivía Bruce. Claro, que todo esto te afecte es comprensible, pero si tenemos en cuenta esa parte oscura y para nada atractiva de nuestras estrellas, hay que analizar dicho impacto. En mi caso, está claro que es un palo descubrir todo esto, pero quizás sea que estoy un poco de vuelta de todo, acostumbrado a este tipo de descubrimientos, unos con mayor importancia que otros, por lo que no empaña absolutamente nada la imagen que tengo de Bruce. Siempre he sabido que era imperfecto, arrogante, excesivamente autoexigente, el tema de Betty Ting Pei o Nora Miao, pues qué quieres que te diga, va a ser que sí (en el caso de Nora, lo entiendo, la verdad, siempre me ha encantado por encima del resto, junto a Michelle Yeoh, Chingamy Yau, Maggie Q o Celina Jade…) y muchas estrellas han tomado drogas y muerto por ellas. Es curioso que la gente se lleve las manos a la cabeza con este tema y nadie hable de que uno de los pedidos de holy stuff era para James Coburn, mito de Hollywood y alumno de Bruce. Se nos olvidan las noticias sobre Johnny Depp destrozando habitaciones de hotel borracho y drogado, o lloramos a River Phoenix, que se puso hasta arriba de drogas, mientras nos compramos una camiseta con la cara de Pablo Escobar con la frase Plata o Plomo. No digo que se deba normalizar el uso de drogas, pero es una triste realidad que a mí, a estas alturas de mi vida, no me sorprende de esa forma. Podrían salir mañana documentos que certifiquen que Bruce Lee era el líder de una Triada que yo seguiría viendo sus películas, leyendo o escribiendo sobre él. El que tomase cocaína no le transformó en la perfecta máquina marcial que era, ni le doy los conocimientos que tenía, ni el carisma ante la cámara, ni nada de lo que llamó la atención de tantas y tantas personas.
Es peligroso separar al artista del
hombre, ya que a veces son nuestros propios principios los que hacen que rechacemos
a alguien a quien idolatrábamos, y, en el caso de Bruce, lo entiendo. Si tus
principios rechazan las drogas hasta ese punto, vale. En mi caso, las rechazo,
pero cada uno es libre de hacer lo que quiera, de cometer sus errores, y aunque
fuese al final la causa de su muerte, con una conspiración, o una tapadera de
la Golden Harvest, o de Linda (lo
dudo mucho), no cambiará mi percepción de Bruce, un ser humano con sus fallos,
sus errores, que intentaba mejorar como ser humano día a día, y que, si
siguiese vivo hoy en día, puede que hubiese superado estos vicios y
tejemanejes, dejando una parte oscura de su vida relegada al pasado. Es algo
que nunca sabremos, pero está claro que, a pesar de estos 48 años de su muerte,
seguimos descubriendo y conociendo cosas de una figura emblemática de la Historia
de la Humanidad, no sólo del Cine, de China, Hong Kong o de las artes
marciales. Un icono que ahora nos muestra una parte amarga pero que se suma a
las numerosas enseñanzas que hemos recibido a lo largo de nuestras vidas, la
posibilidad de cometer errores, de aprender de ellos. ¿Quieres ser como Bruce
Lee, o quieres ser la mejor versión de ti mismo? Está claro lo que te
recomendaría el Pequeño Dragón. No busques imitar a Bruce, busca su inspiración
para sacar lo mejor de ti, ya sea compitiendo en MMA, entrenando artes
marciales, en tu trabajo, en tu ambición, tu fortaleza o en lo que quieras,
observa lo bueno y lo malo, utiliza sólo lo que te sea útil y supera a tu
Maestro, aunque sea, de forma indirecta, Bruce Lee. Eso es Jeet Kune Do, eso es
Bruce Lee, y ahora nos ha enseñado esta parte oscura, demostrando así su
humanidad. Dejemos de idolatrarlo, aprendamos a entenderlo, a absorber sus
enseñanzas y su forma de ver la vida y si te ha decepcionado el contenido de
las cartas, úsalo para no cometer los errores de Bruce y darte cuenta de que,
si ese Dios en la Tierra al que adoras era humano, como tú, tienes las mismas posibilidades
de lograr lo que él logró. No quiero que esto acabe pareciendo un panfleto
optimista casi sectario de amor y paz, sólo dejar claro que, para la gran
mayoría de sus fans, Bruce es inspiración vital, y si hemos aprendido algo de
Bruce, debemos usarlo, aunque veamos esta cara oculta y valorar ya, de forma
personal, si eliminamos a Bruce de nuestro panteón sagrado de influencias. Yo
no pienso hacerlo, aunque me haya decepcionado todo esto, y seguirá siendo el
mismo Bruce Lee de siempre, solo que con una parte con la que no estoy de
acuerdo, por lo que seguiré escribiendo sobre él, viendo sus películas,
coleccionando merchandising y
ahorrando para viajar a Seattle para ver su tumba, a Hong Kong para visitar
lugares emblemáticos, o San Francisco, donde nació.
Toca terminar con el tema al que al final todo desemboca, su muerte. El consumo de estas drogas, su estado físico, su desvanecimiento en junio y su repentina muerte, las negligencias tras caer en coma, las irregularidades y demás factores pueden entenderse con esta nueva información. Pero de momento falta esperar a ver qué ocurre, qué movimientos hacen Linda y Shannon, o si salen más documentos que terminen de arrojar luz a este asunto. Está claro que el hijo de Robert Baker no ha querido vender el material por dinero a una revista o medio de comunicación, si bien es cierto que una puja de estas características genera, creo yo, más dinero que en otros sitios. Baker le conseguía, como decían los más que rumores de estos años, la mercancía, cambiando la percepción de sus relaciones. Seguramente veamos pronto libros y material que explotarán este nuevo filón, además de, por qué no, nueva información de esa que tantos fans reclaman pero que ahora, no les gusta. Conoceremos más y mejor a una figura tan influyente como la de Bruce Lee, y está claro que cuanto más conocemos a alguien, más probabilidades hay de terminar encontrando algo que no nos guste. Esto nos lleva a lo que decía al principio, que es que Bruce Lee era, fue y será un ser humano excepcional, con sus fallos, pero no alguien a quien subir a un pedestal y rezarle todos los días, y ha conseguido regalar al mundo muchas cosas buenas ajenas a esa parte oscura, por lo que debemos seguir agradeciéndole todo lo que nos ha dado, pero con los pies en el suelo.
Comentarios
Un saludo y gracias.
Ni siquiera el más etéreo de los artistas marciales hasta el momento influenciará tan positivamente en la vida de tantos millones de personas.
En mi opinión, hay que quedarse con su legado, no con sus errores.
Seguirá siendo por siempre u
na leyenda.