CRÍTICA - DOUBLE TEAM (1997)

Jean Claude Van Damme tiene el privilegio de haber sido dirigido por la Santísima Trinidad del cine hongkonés de acción más internacional, como son John Woo, Tsui Hark y Ringo Lam, y la unión del Belga de Oro y estos tres directores nos ha regalado un puñado de estupendas películas, a pesar del presupuesto de algunas de ellas (sobre todo las dirigidas por el fallecido Lam) Con Tsui Hark rodó dos, y ambas son auténticas locuras visuales que dejaban claro quien estaba en la silla de director. Double Team y En el Ojo del Huracán se deben considerar más películas de Hark que de Van Damme, sobre todo la segunda, pero indudablemente, Double Team es la mejor de las dos. Acción balística y marcial sin parar desde principio a fin uniendo a Van Damme con Mickey Rourke y Dennis Rodman y consiguiendo premios no demasiado positivos, los famosos Razzie Awards, algo así como los Anti-Oscars, peor pareja (Van Damme y Rodman), pero actor secundario (Rodman) y peor nuevo actor (de nuevo Rodman) Pero si conoces el cine de Hark y te gusta la acción, te aseguro que, en caso de no haberla visto, puedes disfrutarla y mucho, sabiendo que no es una película 100% de Hong Kong ni de Van Damme.

Van Damme es un agente secreto que, tras intentar capturar al terrorista internacional interpretado por Rourke, resulta herido, despertando en La Colonia (primer título de la película), una isla donde agentes y delincuentes son encerrados para colaborar con diferentes agencias de espionaje como asesores y detener a peligrosos delincuentes. Tras escapar de allí, intentará detener al villano junto a un vendedor de armas, Rodman. Aunque he dicho en la entradilla que debe considerarse más una peli de Hark que de Van Damme, esta afirmación definiría mejor En el Ojo del Huracán, la única película, además, que se permitió rodar en 1997 durante el paso de Hong Kong de manos británicas a Chinas. Pero hoy hablamos de Double Team, y su dirección es 100% harkiana, pero menos loca que la siguiente colaboración entre director y actor. Hark consiguió darle un aspecto visual muy hongkonés con esas angulaciones de planos y movimientos de cámara, como demuestra el entrenamiento del protagonista en La Colonia, además de las propias artes marciales, firmadas por Xin Xin Xiong y Sammo Hung, dos nombres de peso, sobre todo el segundo, tanto por su trabajo como por su característico físico, del mejor cine de Hong Kong. El gamberrismo de esta película la convierte en un entretenimiento brutal, con esos diálogos entre Van Damme y Rodman, incluyendo algún guiño a la carrera deportiva del segundo (por si alguien no lo conoce, es un controvertido jugador de baloncesto de la NBA), sin olvidar el camaleónico aspecto acentuado con su pelo, y aquí lo cambia hasta en seis ocasiones. Rodman es el contrapunto cómico, tan habitual en el subgénero de las buddy movies, por lo que la película termina siendo una mezcla entre cine de acción balística, marcial y el mencionado subgénero de compañeros. Rourke, quien siguió una estricta dieta para tener un físico estupendo (previo a sus numerosas operaciones que le han convertido en un muñeco de goma de esos que se niegan a envejecer) además de entrenar con el propio Van Damme para estar a la altura en su enfrentamiento final, aunque por desgracia, no es el clímax marcial que nos gusta. No obstante, tenemos un buen número de combates y momentos de artes marciales como la pelea del belga contra Xin Xin Xiong, que incluye un momento muy chino como es esa navaja oculta entre los dedos de los pies. Estos detalles locos son los que se acercan al cine más festivo y divertido marcial hongkonés, además de las elecciones de planos que he comentado antes. Como contrapunto más o menos negativo, podemos ver al doble del belga en muchos momentos, pero ayuda al dinamismo y a acercarse al cine de Hong Kong por determinadas técnicas. Recuerdo cuando la ví en el cine con un antiguo compañero de Karate, que en aquellos años había descubierto la Capoeira, diciendo que algunas de esas técnicas, como una voltereta con patada en el parque de atracciones, eran de Capoeira. Evidentemente, si tenemos de coreógrafos a quienes tenemos, no era precisamente el arte marcial brasileño, ya que ambas artes comparten técnicas, algo habitual en las artes marciales. Pero sin duda, este tipo de movimientos, como demuestra la anécdota, no eran precisamente habituales en el género en Occidente, por lo que ese dinamismo visual que decía, queda patente.

Con este film, Tsui Hark daba comienzo una efímera carrera en Occidente, con unas dosis de entretenimiento brutales, a pesar de esos efectos digitales, sobre todo en los fuegos, algo que se ha ido consolidando no sólo en el paupérrimo cine de Hong Kong actual, si no en cualquier película de acción actual, incluyendo las de bajo presupuesto, ya que sigue siendo más barato hacer explotar cosas digitalmente que de verdad. No obstante, el visionado de Double Team consigue entretener, y mucho. Puedo entender las críticas a En el Ojo del Huracán, pero no las de ésta. Tenemos acción de principio a fin, un ritmo trepidante, vemos lucirse a Van Damme, tenemos coreografías estupendas, incluso podríamos ver un homenaje al Duelo del Siglo, el de Bruce Lee contra Chuck Norris en el Coliseo romano de El Furor del Dragón, en ese clímax también en el Coliseo, que, según indican algunas fuentes, fue la última película que se ha permitido rodar allí, aunque es evidente que el duelo entre Rourke y Van Damme (con Rodman por allí y ese tigre, a ratos real, a ratos digital) a Tsui Hark más a gusto que John Woo en Blanco Humano, humor desenfadado y sí, algo pasado de vueltas, pero todo se conjunta de forma estupenda, y, aunque no sea la mejor de Van Damme, sí es una estupenda película de acción con la que pasar el rato, incluso 24 años después de su estreno.

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