CRÍTICA - NEW YORK NINJA (1984/2021)

John Liu. Un nombre que ha pasado a la historia del cine marcial por cosas buenas y malas. Uno de los mejores pateadores del género, que fue detenido en España por corrupción de menores y proxenetismo y que nos ha dejado joyas que rozan lo trash como la gloriosa Made in China (1981) haciéndose un juan palomo, yo me lo guiso, yo me lo como… Un personaje turbio, pero igualmente atrayente por lo bizarra de su historia, cuya leyenda se acentuaba con la aparición del anuncio de la recuperación de New York Ninja, su película perdida rodada en Nueva York aprovechando el boom ninja que había comenzado en 1981 con La Justicia del Ninja y la irrupción de Sho Kosugi. Liu, conocido entre los freaks del cine marcial como Juanito Líos, rodaba en 1984 en la ciudad de Nueva York, un producto para autolucimiento, que para algo era el productor, guionista, director, protagonista y coreógrafo. Pero el destino quiso que se perdiese, hasta que la distribuidora Vinegar Syndrome anunció que había conseguido los rollos de película, pero sin el sonido o cualquier tipo de guion o argumento. No obstante, Kurtis Spieler se puso manos a la obra para montar la película y, según veía lo que pasaba, reescribir el guion para, acto seguido, buscar voces para terminar y estrenar la película. Y ya ha ocurrido esto último, saliendo en BR para goce y desgracia de nuestros ojos y cerebro…

Esto último puede sonar poco halagüeño, pero estamos sin duda ante una de esas rarezas casposas que tanto nos divierten. El trabajo arqueológico ha sido estupendo, y dudo que los diálogos originales fuesen superiores a los nuevos. En este aspecto, puedes disfrutar (o sufrir, según el caso) de la película sin problema, y aplaudo esta forma de conseguir estrenar películas como ésta. Y ya, no lo que oímos, si no lo que vemos, es memorable. Insisto, estamos ante una película casposa al nivel de Made in China. Un exiguo presupuesto y un talento… particular para el cine como el de Liu nos ha dado esas joyas tan malas. La película nos presenta a John, sí, John Liu, que, recordando algunas versiones de películas de Bruce Lee y Jackie Chan donde les llaman… Bruce Lee y Jackie, resulta un punto muy friki. A esto se une el doblaje, que también recuerda todos esos títulos que llegaban en vídeo, dobladas, pero con la voz y las bocas desincronizados, aunque aquí no es tan marcado. Las voces más significativas son las de Don 'The Dragon' Wilson como el protagonista y Cynthia Rothrock como la mujer policía. Pues nuestro amigo Liu trabaja para la televisión, y un día su mujer embarazada es asesinada por unos maleantes. Y es que Nueva York está sumida en el caos por una oleada de violencia con pandilleros que parecen surgidos de un cómic post-apocalíptico de Frank Miller, algo que no se explica mucho pero que le da un aire más loco. John no dudará en vestirse de ninja blanco para impartir justicia, aunque sea a plena luz del día, al más puro estilo Spider-Man, saludando a la gente. Y por si fuera poco tenemos a un asesino llamado Plutonium Killer, y sí, tiene una especie de poderes nucleares. Y con todo esto en la mesa, asistimos a un sinfín de secuencias donde nuestro ninja blanco golpea matones, el asesino mata a gente, y la policía y la prensa siguen ambas historias. La locura por el ninja de Nueva York se desata (aunque usen muy pocos extras para los momentos donde salen carteles de I Love New York Ninja. Y mientras tanto, Liu tiene tiempo de convertirse en amigo de un niño, quien liderará un grupo de infantes que ayudarán al ninja. Sí, la realidad se mezcla con la ficción y tenemos alguna secuencia que llega a ser desagradable cuando Liu salva a un niño tras haber sido disparado, una secuencia turbia, sin lugar a dudas, que prefiero no reproducir en palabras. Todo muy marciano y torpemente rodado pero con ese toque que convierten a muchas películas en producciones de culto.


Las peleas son buenas. Liu despliega su técnica de pierna en secuencias que parecen de vídeos didácticos, donde vemos la elasticidad y control que tiene, o tenía. A pesar de esa calidad, la ejecución y planificación no son de las mejores, sobre todo por ser secuencias donde el ninja lucha contra varios oponentes, que van atacando en orden, uno a uno. Esto, unido a ese rodaje en callejones off off Nueva York, te transportan a un mundo amateur algo surrealista, como si estuvieses viendo un intento de largometraje de unos amigos con una cámara y pasión por el cine de Kung Fu, rodando de manera poco profesional todo, pero cumpliendo con esos cánones trash de peli cutre muy divertida y repleta de fallos, como ese momento en teoría heroico de posturitas de Liu (tenemos un puñado de planos de este tipo) pero que casi se le cae uno de los guantes sin dedos que lleva su uniforma ninja, terminando el plano haciendo un gesto para colocárselo… Un despropósito a la altura de lo esperado, con buena acción, estrellas ninjas y acrobacias para que Liu diése rienda suelta a su ego desproporcionado en una locura de las que hay que ver con colegas y no tomarse en serio absolutamente nada. Si buscas ver al Liu de Secret Rivals (1976) va a ser que no…

NOTA: 6

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