CRÍTICA - MATRIX RESURRECTIONS (2021)


Tenía esta crítica pendiente de subir a mi perfil de Facebook, siendo la penúltima película o serie que vi el pasado 2021, dejando la cuarta temporada de Cobra Kai como colofón del año. Los retrasos en subir la crítica se debían también a que es una película compleja, que ha levantado aplausos y silbidos por igual, y que requería por mi parte algo más profundo y extenso que mis críticas habituales en la mencionada red social para tratar de hacer justicia a una buena película, pero que necesita de cierto trasfondo para entenderla. No obstante, esto no significa que debamos conocer la trastienda de las películas para entenderlas, y lo que percibimos y sentimos tras ver cualquier producción, es lo que determinará el éxito o fracaso. Todo no esto no quita que a veces nos haga ver con otros ojos la película que sea dicha información y/o pasemos por alto las pretensiones de los autores. Dicho todo esto, vamos a meternos en faena y volver a Matrix en esta cuarta entrega que, aunque no sea asiática ni esté Yuen Woo Ping en las coreografías, mantiene a las artes marciales como uno de los platos principales. Por cierto, posibles spoilers. Avisado quedas.

En mi humilde opinión, Matrix fue concebida como una única película, pero bueno, el impacto popular y sobre todo en taquilla fue tal, que es normal encontrarnos secuelas. Y tras las dos primeras, las ahora hermanas Wachowski, dejaron Matrix en paz para dedicarse a otras cosas, sin el mismo impacto en todos los sentidos, pero siempre intentando hacer algo diferente. No voy a analizar sus carreras, juntas o por separado, pero esto llevaría a Warner Bros a querer una cuarta entrega, con o son las Wachowski. Esto lo supe tras ver esta cuarta película, que conste, y mi opinión no ha cambiado prácticamente nada. Es evidente que está muy por debajo de las tres anteriores, pero es que lo que Lana Wachowski quería con esta cuarta entrega era precisamente criticar el sistema hollywoodiense de franquicias, algo que es más que evidente al verla. Por eso no ha modificado mi opinión al respecto. Es decir, entiendo el bajón de gran parte del público, pero esa crítica, nada velada, debería haber calado igualmente en esa avalancha de “críticos” que pululan por las redes. Pero parece que es mucho pedir que vean más allá de los efectos digitales y demás. Si les das algo sencillo, quejas, si es algo que requiere algo de atención, malo… Y mira que toda esa crítica está patente en el desarrollo de este Neo.

El continuar de forma lógica la saga era un problema, y el enfoque, aunque cogido con pinzas, funciona dentro de lo que se quiere transmitir con la película. Esa crítica que mencionaba antes, se acentúa con el desarrollo de la historia, con Neo de nuevo dentro de Matrix trabajando en el desarrollo de una nueva entrega de una franquicia de videojuegos llamada Matrix. De esta forma, se usa metraje de la trilogía anterior, en especial de la primera, como si fuesen del videojuego. Metacine o como lo quieras llamar, pero es el corazón de esa crítica a la repetición de fórmulas de forma obligada por los ejecutivos de los grandes estudios, que de números saben mucho, pero de cine no, y por ello, Lana les ha metido este gol impresionante al criticar a quien ha puesto el dinero. Sin duda, esto es el corazón de la película. Lana dice que las franquicias son una mierda, y lo demuestra con la primera mitad de la película, dejando para la segunda mitad lo que el público quiere, lo mismo que ya han visto y disfrutado.


La repetición de elementos de la primera parte responde a lo dicho en el anterior párrafo, cagarse en la industria copiando cosas al estilo del reboot, pero ofreciendo lo mismo, que, como he dicho hace unas líneas, da paso a lo que el público espera, la acción y efectos especiales. En vez de contar con el Maestro Woo Ping, tenemos al alemán Joshua Grothe, especialista con una amplia carrera en producciones alemanas de cine y televisión, pero también con las Wachowski, trabajando en El Atlas de las Nubes (2012) y Sense 8 (2016-2018), donde fue el coreógrafo de lucha, o en otras producciones de Hollywood rodadas en Alemania. Su trabajo es correcto, pero no está igual de bien rodado que en las anteriores partes. Puede que no hayan querido lucirse visualmente en las peleas, manteniendo ciertas señas de identidad de la franquicia, para que no eclipse el mensaje (que podríamos ampliar al tema de crítica de franquicias, el cargarse directamente la saga para evitar que piensen en futuras nuevas entregas con nuevo equipo técnico y artístico) Todo el trabajo marcial es bueno, y tenemos además a Jonathan Eusebio, de los 87Eleven Action Desing también detrás de la acción, pero sin duda disfrutamos menos de la acción, aunque si lo pensamos fríamente, es difícil que a estas alturas nos sorprendan en este sentido en una película como ésta, por lo que al final, aunque no disfrutamos al 100% de las escenas de acción, nos satisfacen cumpliendo unos mínimos.

En el reparto tenemos además de a Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss, versiones diferentes de personajes como el Agente Smith o Morfeo (se explica el motivo), y la verdad es que de todos, el que más me ha gustado es el interpretado por Jessica Henwick como Bugs, y Neil Patrick Harris como el psicoanalista, un personaje tremendamente importante para esta entrega. También tenemos a Priyanka Chopra, Jada Pinkett Smith, Christina Ricci y Lambert Wilson, además de un cameo de Chad Stahelski, quien dobló a Reeves en las tres primeras entregas y uno de los artífices de John Wick. El juego entre realidad y ficción va dando saltos, aunque es el amor el que se convierte en epicentro de la trama, algo apuntado en las anteriores entregas, pero de forma muy velada. Todo esto, junto, convierten a esta película en una rara avis que juega con el espectador medio, ese que va al cine sólo para ver blockbusters y franquicias pero que igualmente se queja de todo. Ese hater tan habitual por culpa de las redes sociales. Una forma de cagarse, literalmente, en este concepto industrial y vacío ofreciendo una película llena de capas, que juega con los conceptos más simples de esta franquicia, pero con un aire muy diferente, que es lo que ha llevado a tanta gente criticarla para mal.


Resumiendo, Matrix Resurrections reinicia una historia de forma forzada por el estudio, pero para dar una bofetada al mismo. Una crítica, que ya he dejado claro, no entendida por la gente, ávida de la reiteración de conceptos y estilos, algo que tenemos igualmente en medio de todo este mensaje. Y claro, el público lleva un tiempo siendo muy egoísta, tirando por tierra películas como ésta sólo por no ser lo que ellos quieren. ¿Hola, hay alguien al volante en vuestra cabeza? ¿Acaso sois los que firmáis las pelis y por ello exigís que los guiones y demás sean lo que queréis y no lo que el verdadero autor quiere? Si no entendemos las pretensiones del autor que sea, difícilmente la entenderemos y apreciaremos. Otra cosa son los gustos personales, claro está, pero la mayor parte de la gente la critíca por no ser la película que ellos quieren. Pues nada, hablad con Warner y dirigís una copia de las anteriores, pero luego no os quejéis de Marvel y su repetición de conceptos y tono. En fin, me ha gustado bastante, he pillado esa crítica, la acción es mejorable, pero correcta y los efectos especiales a la altura. ¿Era necesaria? No, claro que no. ¿Tendremos quinta parte? Lo dudo mucho. ¿Es recomendable? Si eres fan acérrimo de la saga, deberías entender todo esto y disfrutarla, aunque, como ya he dicho, está bastante por debajo de las anteriores, pero, repito, todo está medido y calculado para ser lo que es, y en ese sentido, aplaudo a Lana por la valentía de morder la mano que la da de comer.

NOTA: 7

Comentarios

DaniMedina ha dicho que…
Estoy de acuerdo contigo. Como fan fue disfrutable, me entretuvo. Aplaudo a Lana por morder la mano que le da de comer, pero siendo egoista creo que jugar con las ilusiones de los fanáticos tampoco está bien, aunque entiendo perfectamente que el cine también es arte y expresar por medio de una historia como matrix su visión y crítica de la industria de hollywood es de sacarselo y ponerlo encima de la mesa. Muy buena crítica!