BIOGRAFÍA - WU JING: CAPITÁN CHINA (1)


Cuando hablamos de Wu Jing, también conocido como Jacky Wu Jing, solemos recordar su Wushu y películas como Duelo de Dragones (2005) o las dos entregas de Wolf Warrior (2015-2017) pero Wu Jing es mucho más. Si el Capitán América representa los valores básicos y más positivos del patriotismo estadounidense, Wu Jing podemos considerarle su homólogo. Tras sus inicios como secundario en el cine de Kung Fu y su salto al estrellato, la estrella ha ido empalmando en los últimos años un buen puñado de películas que le convierten en el epítome de la China más patriótica. Muchos de sus fans, sobre todo en Occidente, queremos volver a verle repartir estopa, pero Wu Jing parece cómodo en el cine bélico e histórico, aunque para este año tendremos su nueva incursión en la ciencia-ficción (o eso se espera) con The Wandering Earth 2. Por todo esto, creo que es momento de repasar la vida y filmografía de una estrella china que parece ser algo ignorada por el fandom, más centrada en esperar que viejas glorias como Jackie Chan o Jet Li vuelvan a hacer películas como en los ochenta y noventa (ilusos ellos) o esperando la nueva de Donnie Yen, ignorando además a las actuales estrellas chinas del cine marcial y de acción.

WUSHU Y CINE

Wu Jing nació el 3 de abril de 1974 en Beijing, y con tan sólo 6 años, su padre le envió a la Beijing Wushu Academy, siguiendo sus pasos como experto en artes marciales, y los del abuelo. Su maestro fue Wu Bing, el mismo que entrenó a Jet Li. Es curioso que Wu Jing sea descendiente de manchúes, los habituales villanos del cine clásico de Kung Fu, aunque no es algo relevante en su carrera vital, deportiva y cinematográfica. Entró al Beijing Wushu Team, compitiendo y consiguiendo un buen número de premios, como campeón en el Beijing Wushu Quan de 1984, campeón en la competición nacional en Wushu, Cuchillo y pistolas en 1986, 1987, 1989, 1991 (en duelo y lanza) y 1994 (en lanza tradicional y en duelo) Un año después de su última victoria, el legendario coreógrafo y director Yuen Woo Ping, acudió a la escuela buscando nuevos valores marciales para Tai Chi II (1996), y, claro está, escogió a Wu Jing, que debutaba así en el cine.

También titulada Tai Chi Master 2, por tratarse de la secuela de Tai Chi Master (1993), del propio Yuen Woo Ping y con Jet Li y Michelle Yeoh como protagonistas. Pero más que una secuela, estamos ante un calco de las aventuras de Wong Fei Hung, pero con el Tai Chi de la Familia Yang como protagonista. Tenemos todos los elementos habituales, mezclándola saga Érase una vez en China, con El Mono Borracho en el Ojo del Tigre de Jackie Chan, es decir, un chico díscolo hijo de un prestigioso maestro de Tai Chi retirado esta vez del mundo de las artes marciales, que hace gamberradas junto a su primo, y que se enamorará de una joven noble que es a su vez revolucionaria en el Hong Kong gobernado por los británicos. Occidentales malvados, encarnado por el tristemente fallecido Darren Shahlavi (duelo final, por cierto, que se rodó en 16 días) contrabando de opio, corrupción gubernamental, peleas en almacenes, escaleras, cables, humor y estupedas coreografías. El reparto se completa con Christie Chung, Billy Chow, Sibelle Hu y Mark Cheng, entre otros. Como película, no es nada original, pero es muy entretenida, con estupendas peleas del propio Woo Ping, que la co-dirigió junto a Cheung Sing-Yim.

Es curioso que, en este año de 1996, si nos fijamos en las carreras de Jackie Chan y Jet Li, ambos gozaban del gran éxito, con Jackie a punto de emprender su ansiada carrera americana, por lo que Wu Jing, que aquí despliega su gran y depurada técnica, se presenta como el reemplazo, o la nueva generación de los dos héroes del cine marcial, Chan y Li, encarnando al Wong Fei Hung de Druken Master, pero con la elegancia del mismo personaje de la saga de Jet Li, una nueva encarnación del héro popular chino y hongkonés en el cine. Y aunque la película sea entretenida de ver, no parecía que fuese suficiente para lanzar a Wu Jing al estrellato, convirtiéndose en una constante el protagonizar películas y pasar a ser secundario en muchas otras posteriormente, haciéndose de rogar como protagonista absoluto.


Curiosamente, nuestro experto en Wushu no continuaría enseguida su carrera en el cine, esperando al nuevo siglo para volver a aparecer en la televisiva New Shaolin Temple (2000) En 2001 participó en Zu Warriors, una película de Tsui Hark a medio camino entra la secuela de su clásico Zu: Guerreros de la Montaña Mágica (1983) y el remake. Una película irregular, con un exceso de efectos especiales digitales que llegó a estrenarse, cortada, en España en cines (donde la vi, por cierto) Sería 2003 el año donde realmente nuestro protagonista diese el salto a la fama con otra leyenda del cine hongkonés, Liu Chia-Liang (o Lau Kar Leung) con Drunken Monkey, la última película que dirigió. Una película de corte clásico que en su momento no me convenció. La historia nos presenta a una empresa de guardaespaldas que sufre una traición sobre Man Bill, quien, un año después, buscará venganza, pero antes enseñará el Puño del Mono a un joven díscolo. Con una estructura que recuerda poderosamente a las habituales películas de Kung Fu clásico, con elementos de El Mono Borracho en el Ojo del Tigre (1978) de Jackie Chan (curiosamente vemos técnicas de Mono Borracho, algo que, a pesar del título en castellano del clásico de Jackie, no tenía nada que ver con la misma), admito que, en el nuevo visionado de cara a este artículo, me ha gustado más. El reparto de complementa con Gordon Liu y Shannon Yiu King, además del propio director, que además se encargó de las coreografías junto a su hermano, Lau Kar-Wing (que sale brevemente en la escena de los créditos, rodada al estilo habitual del Kung Fu clásico, con lo actores protagonistas peleando contra un buen número de enemigos en un estudio) Humor y Kung Fu en una especie de reivindicación del propio Chia-Liang, que siempre afirmó, con razón, que esta mezcla ya la había hecho él antes de la irrupción de Jackie Chan. Muchos tópicos, como los occidentales malvados, los chinos traidores, opio y entrenamientos salvajes para una película algo desfasada pero igualmente entretenida.

Tras ser protagonista, continuó su carrera como secundario o en películas más corales, e incluso en varias series de televisión, aunque claro, si su siguiente aparición tras Drunken Monkey fue en Duelo de Dragones (2005), con un épico enfrentamiento contra Donnie Yen, que es sin lugar a dudas una de las secuencias de lucha más memorables de este siglo XXI, podemos estar más que contentos, aunque no sea el protagonista. Donnie Yen, Sammo Hung y Simon Yam son los tres protagonistas absolutos de este thriller repleto de maravillosas y brutales coreografías, siendo una de ellas la que enfrenta a Donnie, con una porra extensibles, con Wu Jing, armado con un cuchillo. Es una de esas películas que, si te gusta el buen cine de acción y artes marciales, debes verla sí o sí. A pesar de mostrar un carisma y calidad como villano, estupenda, Wu Jing continuó su camino con un nuevo papel protagonista de héroe, Fatal Contact (2006).

Wu Jing interpreta a un campeón chino de Wushu, del Equipo Nacional, que trabaja temporalmente en un grupo de Ópera China en Hong Kong durante sus vacaciones, que se verá empujado a peleas ilegales por dinero. Y, como suele pasar, detrás de las peleas ilegales se encuentra la mafia, la Tríada, para más señas, por lo que la vida de nuestro protagonista se complicará, aunque tendrá hueco para el amor. De esta forma, Wu Jing pasa de ser un villano malísimo a un bueno buenísimo, de corazón puro, y estandarte de la China continental. Como puedes ver, en cada nueva película, Wu Jing va desgranando diferentes personajes, diferentes facetas del ser humano, sobre todo representadas en los personajes buenos, arquetipos de héroes nacionales, ya sean clásicos o actuales. Un dechado de virtudes que contrastan con sus villanos, equilibrando las dosis del actor en estos primeros años dos mil. Volviendo a la película, tenemos estupendas coreografías de Nicky Li, miembro del equipo de especialistas de Jackie Chan, y algunas caras conocidas como las de Andy On, Eddie Cheung, Lam Suet, Kenji Tanigaki o Xing Yu, y una trama tópica pero muy entretenida y espectacular, remarcando el origen chino de Wu Jing, y aportando un maestro cuanto menos pintoresco, pero sin ofrecernos las habituales escenas de entrenamiento locas y extremas para intentar situarse en terrenos más realistas, a pesar del uso de cables. Es una producción hongkonesa, pero tiene cierto toque de la china continental, además de elementos que posteriormente veríamos en películas como El Poder del Tai Chi (2013), aunque menos desarrollados, como ese paso a la oscuridad del mundo marcial, con la ambición, el dinero y la fama como elementos negativos para el código marcial del protagonista. No tenemos una versión más oscura y salvaje de Wu Jing como la tuvimos con Tiger Chen, pero sí hay ciertos paralelismos, seguramente involuntarios. Por último, esa sensación de ser una película más china que hongkonesa se acentúa por el toque dramático que aporta esa especie de contaminación del protagonista al vivir en Hong Kong, como si viajar desde Pekín a Hong Kong destinase al migrante a un destino oscuro y violento, donde dar rienda suelta a sus instintos más primarios y negativos.

El 2007 nos trajo a Wu Jing por partida doble. La primera en llegar fue Twins Mission, el 15 de febrero de ese año, un lucimiento para el dúo musical y cinematográfico Twins, formado por Charlene Choi y Gillian Chung, que ya habían protagonizado algunas películas. Wu Jing se suma al reparto coral que arropa a las cantantes y actrices además de Sammo Hung o Yuen Wah, además de varios gemelos para dar mayor énfasis al título y al mencionado dúo musical de gran éxito en Hong Kong, catapultándolas a la fama y al cine, dirigidos por Benz Kong To-Hoi, quien se encargó de las coreografías de lucha. Una película muy blanquita, con las Twins luciéndose como heroínas de acción. El robo de una reliquia budista unirá a los monjes interpretados por Sammo y Wu Jing con las Twins y algún otro miembro del equipo. Kung Fu y ese toque tan noventero, con unos malos efectos especiales, como esos chromas horrorosos o algunas explosiones de las de echarte las manos a la cabeza. Pero funciona como entretenimiento menor, perdonando los fallos por unas secuencias de lucha algo más que correctas. No obstante, no podemos considerarla una de las buenas películas de Wu Jing, por mucho que se luzca. Con su técnica, lo mismo que con Sammo, salvando las distancias, es difícil no disfrutar al menos de sus escenas de lucha. Y si está secundado por buenos actores, mejor aún. Es sin duda un título más a esa corriente del siglo XXI que copiaba el cine de Hong Kong noventero, pasado por el filtro del nuevo milenio, con la proliferación de cables y efectos digitales, un título por debajo de otro similares como Gen X-Cops (1999) su secuela, Experimento Letal (2000) o El Control de la Venganza (2002), pero rodada de forma tardía, en un intento de revivir el espíritu del cine hongkonés ochentero, pero con el toque tecnológico de esta primera década de los años dos mil. Pero lo dicho, consigue ser un entretenimiento bastante decente. Por cierto, la presencia de Sammo es un poco gancho, con dos secuencias de lucimiento, al principio, y al final, siendo las gemelas y Wu Jing quienes llevan el pero protagónico, con ayuda de un estupendo Yuen Wah, que es a su vez duplicado digitalmente al estilo de Doble Impacto (1991) de Van Damme o Twin Dragons (1992) de Jackie Chan, pero sin ser algo habitual en la propia película, sólo mostrado en su tramo final.

Invisible Target (2007), estrenada el 19 de julio, podemos definirla como un Gen X-Cops (1999), pasado por el filtro hiperviolento y oscuro de Duelo de Dragones y Flash Point, pero con ese regusto tan cercano a los noventa de principios del siglo XXI. Curiosamente no es una película anacrónica a la que esto le influya, es decir, podemos saber en qué década está hecha, y disfrutar del resto de elementos que la conforman. Que sean tres protagonistas jóvenes, de esa nueva hornada con Nicholas Tse, Shawn Yuen, Jaycee Chan, Philip Ng, Andy On y el propio Wu Jing, puede llegar a pensar en algo más ligero, pero Benny Chan consigue dar un punto más oscuro y repleto de violencia, espectacular y con cables, pero igualmente violenta. La película nos presenta tres formas diferentes de policías con personajes antagónicos, con Tse, Yue y Chan representando esas concepciones tan opuestas. Podemos decir que son personajes algo arquetípicos, al igual que los villanos, cercanos al cómic, con esa ropa negra y gafas de sol hasta de noche. Y de nuevo Wu Jing de villano absoluto. Tras encarnar esos valores positivos en personajes anteriores, regresaba así al lado oscuro en una hiperbólica película del malogrado Benny Chan, sin duda una de sus mejores películas, pero injustamente olvidada por el fandom. Sigue la estela de las anteriores películas de Wu Jing, ese revival del cine ochentero mezclado con el noventero y con efectos digitales del nuevo siglo, pero mejor acabada y más madura, a pesar del reparto joven. Una película que gana con cada visionado y que no tiene nada que envidiar a las similares de Wilson Yip.

Si una película comienza con Simon Yam ejecutando a alguien, ya tiene mi atención ganada. Y es precisamente el principio de Fatal Move (2008), una película de Categoría III, es decir, mucha violencia o sexo, o ambos. De nuevo con Sammo Hung en el reparto, repitiendo con Nicky Li dirigiendo la acción y con Dennis Law (Fatal Contact) como director. Se adscribe más al cine de Tríadas, al policiaco con bandas de mafiosos dándose de tortas en guerras territoriales, perseguidos por policías. De nuevo la sombra de Flash Point (2007) es alargada, y asistimos así a una especie de regreso a ese tono, algo que realmente no es obra de la película de Donnie Yen, pero que sirve de claro ejemplo a lo que vemos en Fatal Move. Wu Jing es uno de los miembros de una familia, pero manteniendo un perfil de secundario de lujo. Quizás se deba a que participó en ese mismo 2008 en la comedia L for Love L for Lies y en la co-producción con Hollywood La Momia: La Tumba del Emperador Dragón, apareciendo como uno de los asesinos. Pero sin duda, fue el año en el que sentaría los cimientos de lo que estaría por venir con Legendary Assassin.

Hasta ahora, la carrera de Wu Jing se cimentaba en algunos títulos menores como protagonista y varios como secundario, algo que, como dije anteriormente, es algo habitual en su carrera. Héroe y villano, Wu Jing no tenía miedo de cambiar de tipo de personaje para no dejar de trabajar, pero necesitaba algo más, y ese algo más fue su paso a la dirección con Legendary Assassin, o co-dirigir, mejor dicho, junto a Nicky Li Chung-Chi, quien se encargaba de las escenas de lucha junto a Jack Wong Wai-Leung. Wu y Nicky ya habían trabajado juntos en varias ocasiones, por lo que el director y coreógrafo conocía bien a la estrella para poder apoyarle en este salto a la hora de controlar sus propias películas de Wu Jing. La película bnos presenta a un asesino que ha acabado con la vida de un mafioso, llevando su cabeza en una bolsa mientras es perseguido por la mujer del asesinado. Y en medio de todo, nuestro protagonista entablando una relación con una mujer policía de Hong Kong, interpretada por Celina Jade, hija del mítico Roy Horan. Estupendas secuencias de lucha, con algo de uso de cables, una relación romántica que no lastra la película y un reparto completado por Kara Hui, Alex Fong, Lam Suet y Ken Lo. No obstante, aunque es una buena película de acción, no catapultó del todo a Wu Jing, pero es sin lugar a dudas una película muy importante en la carrera del actor.

Lo que empezó siendo un artículo breve, se va a convertir en dos algo extensos, y mi idea era que este primero finalizase con Wolf Warrior, pero creo que de momento es mejor parar aquí por esa importancia capital de Legendary Assassin. Si queremos entender esa transformación de Jing al estandarte del patriotismo chino, debemos tener en cuenta que la mencionada Wolf Warrior, y secuela, son las que le han convertido en ese Capitán China del título. Para resumir este comienzo del viaje, hemos visto a un joven experto y campeón en Wushu chino saltar al cine con personajes heroicos populares, villanos brillantes en películas de culto, y un ansia por trabajar que le han llevado a participar como secundario sin un peso específico en otras producciones. Una filmografía bastante compacta que han ido preparándole para lo que estaba destinado a ser, y para ello era necesario que comenzase a practicar detrás de las cámaras. El resultado no le llevó a continuar enseguida en esta faceta, y los siete siguientes años le tendríamos como secundario en numerosas producciones hasta que se decidió a volver a la dirección, y vaya regreso… Pero de momento, llegamos hasta aquí, y pronto tendremos por aquí la segunda parte de este artículo.

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