LOKESH CINEMATIC UNIVERSE

Durante este verano, viendo las noticias de la taquilla india, además de la guerra entre el cine tamil y el hindi, he descubierto Vikram (2022), un pelotazo tamil que ha reventado la taquilla, mientras los blockbusters de Bollywood fracasaban uno tras otro, ya tuviese a Tiger Shroff (Heropanti 2) o a John Abraham (Attack) como protagonistas. La película protagonizada por Kamal Haasan conseguía el éxito, por lo que era evidente que iba a verla. Y tras hacerlo, he descubierto ese Lokesh Cinematic Universe y que Vikram era su segunda entrega. Y como hizo Jorge Endrino para su Allzine – Asiateca con el artículo dedicado al Cop Universe de Rohit Setty, que puedes leer aquí, me ha dado por hablar de este otro universo de acción india, convirtiéndose ya en una constante en el cine donde se crean sagas que no son necesariamente secuelas, sólo a nivel espiritual pero que incluye cruces entre los títulos de estos universos. Es curioso que tengamos este universo cinematográfico de Lokesh Kanagaraj cuando realmente sólo hay de momento dos títulos, el mencionado Vikram y Kaithi (2019), y secuelas de ambos títulos para un futuro próximo, pero está claro que lo que el director y guionista tiene en mente es más grande, y como de momento va por muy buen camino, vamos a conocer las dos películas, a sus actores y el futuro de esta saga.

 LOKESH KANAGARAJ: EL ORIGEN

Puede sonar algo egocéntrico o casi megalomániaco el nombrar un universo con tu propio nombre, cuando sólo es una idea que dependerá mucho del éxito de cada entrega. Como he dicho al principio, no es el único ejemplo, ni en India ni en otros países como China. Tenemos secuelas espirituales que conforman una saga que transcurre, digamos, en el mismouniverso, como la china Overheard, con tres entregas donde repiten actores, pero en diferentes personajes. Luego ya con el rollo Marvel y sus fases, conectando todas las películas en un enorme puzzle audiovisual que se pueden, no obstante, disfrutar por separado, aunque te pierdas en el significado de muchas escenas post-créditos o referencias directas.

Lokesh Kanagaraj

Antes fueron las trilogías las que se firmaban en los despachos de las productoras, llegando en ocasiones superar las tres entregas de la saga de turno. Ahora son universos. Tenemos el Astraverso que ha comenzado con Brahmastra Part 1 – Shiva (2022), el mencionado Cop Universe con Singham y Simmba a la cabeza. Pues Lokesh quiere sus propias películas interconectadas, pero antes de seguir, tendremos que conocer algo más a este director y guionista, autor, que en 2019 daba el pistoletazo de salida a este ambicioso proyecto con Kaithi.

Lokesh nació en la ciudad de Kinathukadavu, en Tamil Nadu, al sur de la India, el 14 de marzo de 1986 y sus estudios se centraron en tecnología de la moda, aunque su sueño era dirigir películas. Trabajó en un banco, pero no dudó en perseguir sus sueños, y vio una oportunidad en un concurso de cortometrajes corporativos que tenía en el jurado al director tamil Karthick Subbaraj (Pizza; Jagame Thandhiram), quien le aconsejó que siguiese por el buen camino. Y dicho y hecho, Lokesh consiguió que su cortometraje Kalam se incluyese en la película antológica Aviyal (2016) compuesta de cuatro cortos dirigidos por diferentes directores, que consiguió buenas críticas y un año después se encontraba estrenando su primer largo, Maanagaram.

Maanagaram

Se trata de un thriller criminal con acción e historia de amor, que cosechó un buen éxito en la taquilla, y la crítica no se quedó atrás, colocando al debutante en muy buen lugar dentro de la industria del cine tamil. Con un estilo denominado Hiperlink Cinema, es decir, una narrativa algo compleja con varias líneas y personajes unificados en un mismo tema, en esta ocasión encarnado en el personaje de Regina, protagonista femenina de la película. Esto le permitió comenzar a dar forma a su siguiente proyecto…


KAITHI (2019)

Nada más completar su primera película como director, comenzó a idear lo que finalmente llamaría Lokesh Cinematic Universe. Quería seguir contando historias con ese tono de thriller, pero yendo un paso más allá en la amplitud de miras. Además, había ideas que quería explorar en Maanagaram y no pudo, así que se puso a escribir y nacía Dilli, protagonista de Kaithi.

El significado de kaithi es prisionero, y eso precisamente es el protagonista, Dilli, que va a salir de la cárcel y podrá por fin volver a ver a su hija, pero la única noche que le separa de poder abrazarla, se verá obligado a ayudar a un policía a una misión casi suicida. Inspirada en Asalto a la Comisaría del Distrito 13 (1976), veremos una comisaría de policía asediada y el viaje en camión del protagonista junto a un oficial de policía con un brazo herido y que no puede conducir, mientras se enfrentan a ataques de un grupo narcotraficante que pretende recuperar una tonelada de cocaína y su correspondiente dinero.

La verdad es que vi antes la segunda instancia de este universo compartido, y si comparo ambas, Vikram es mucho mejor. Pero Kaithi no es mala, que conste. El toque de thriller es más que evidente, y aunque tenemos acción, no resulta todo lo espectacular y badass que se espera. La historia, aunque sencilla, va avanzando despacio, con un especial interés en definir a los personajes, sobre todo a este antihéroe que es Dilli. Pero cuando hay que ponerse serios y patear culos, se patean. Cortas secuencias de acción, bien rodadas, todo correcto, sin llegar a la exageración de Bollywood o de otras cintas tamiles similares. Excepto al final.

Toda la ira contenida del protagonista por verse obligado a poner en peligro su vida y no poder volver a su hija explota en los minutos finales de la forma que nos gusta, a tiros, con la espectacularidad necesaria a base de planos que se ralentizan mientras dispara como un energúmeno, gritando al más puro estilo ochentero. Una ensalada de plomo y coches explotando que sacian la ausencia de mayores secuencias similares durante el extenso metraje.

El popular actor Karthi (Paiyaa) se encarga de dar vida a Dilli, después de ciertos problemas para encontrar al actor idóneo. No recuerdo haberlo visto en ninguna otra, y de primeras puede parecer algo ladrillo, pero en parte se debe a la propia construcción del personaje, un tío taciturno, que habla bajo, que no parece una amenaza, hasta que explota en un momento y acaba con sus enemigos. Por cierto, la historia de la vida de un ex-convicto surgió de una noticia real, que inspiró a Lokesh a la hora de encarar la historia.

Tal fue su éxito, que se colocó como la primera película de Karthi en superar los 100 crore. El actor además hizo muchas de sus escenas arriesgadas, implicándose mucho en el rodaje, y la sensación final que te deja la película es buena, sin lugar a dudas, y si encima gana premios en diversos festivales como el Ananda Vikatan Cinema Awards, los Zee Cine Awards Tamil o el South Indian International Movie Awards, pues es buena señal, por no hablar del remake que tendrá con Adjay Devgan (Singham) como protagonista por parte de Bollywood. Éxito de público, crítica y festivales. Lokesh iba por buen camino.

VIKRAM (2022)

Para hablar de Vikram, tenemos que hablar de Kamal Haasan, toda una estrella del cine tamil, nacido en 1954. Actor, director, escritor, cantante y hasta político y filántropo. Con más de 200 películas a sus espaldas desde su debut en 1960, con tan sólo seis años de edad, encarnó por primera vez al Agente Vikram en 1986, en la película titulada como esta secuela, Vikram. El propio Kamal adaptaba la novela del mismo título de Sujatha. Sus novelas se caracterizaban por popularizar la tecnología debido a su experiencia y conocimientos sobre ingeniería electrónica. El film de 1986 es uno de los clásicos del cine tamil ochentero, logrando una taquilla excepcional en su momento.

El Vikram original de 1986

Y treinta y seis años después llegaría la secuela con el mismo actor protagonista y algunos nombres de agentes que les sonarán a quienes conozcan la película original. El asesinato de cuatro hombres hará que la policía de Chennai llame a un equipo especial que opera casi al margen de la propia ley para resolver el crimen, que implica a un narcotraficante con ínfulas de Pablo Escobar. Esta referencia no es gratuita. En la propia película se menciona y hay algunos nexos con el capo colombiano, incluso tenemos un tema musical que usa samplers de la serie de Netflix sobre Escobar.

La película está narrada desde los ojos del líder del equipo especial, y tenemos al propio protagonista, a Kamal, como uno de los asesinados. Pero todo se explicará más adelante y aunque resulta algo previsible, sobre todo si conoces al actor y al personaje, es una película que construye muy bien la historia, mantiene el tono de thriller, pero yendo un paso más allá y acercándose más que la anterior entrega al cine de acción puro y duro.

Como dije antes, me ha gustado más que Kaithi. Los motivos son que mantiene esa épica india durante más tiempos, disfrutando de más y mejores escenas de acción de todo tipo. La parte física no es la más creíble, no sólo por los elementos exageradores o la ausencia de conocimientos marciales de los actores. La dirección, aunque mejora lo visto en Kaithi, sigue siendo algo mejorable, pero no impide que disfrutemos de lo que vemos. Y lo que vemos es una intriga con muchos elementos desarrollados en su primera mitad, para desembocar en un tramo final brutal. La acción viene firmada por Anbariv, con más de 50 títulos a sus espaldas. Tiroteos, puñetazos y patadas poco ortodoxas además de momentos algo sangrientos, exagerados y, como he dicho, brutal en todos los sentidos. El aspecto de héroes badass tan habitual y de tanta calidad como en el cine indio, no lo vas a encontrar en otra cinematografía, y menos con protagonistas ya de una edad considerable, lo cual hace más estupenda aún esta película.

Supuso además el regreso del protagonista tras su periplo político, colocándose la película más taquillera en tamil del año y la cuarta en ese mismo idioma de todos los tiempos. Pelotazo instantáneo, y viéndola, entiendo el motivo. Trepidante, muy bien narrada, a pesar de la sencillez aparente de la trama, espectacular y brutal. Un divertimento que parece avanzar algo lento al principio para luego sumergirnos en una de las películas indispensables del año cuyo estreno se paralizó por el dichoso Covid-19, pero la espera ha valido la pena, tanto para los productores como para los espectadores. Tuvo, además, una estupenda campaña de promoción que, como he dicho, la ha llevado a lo más alto de la taquilla. Y termino mencionando que podemos escuchar la voz de Dilli en un momento del film, además de contener un epílogo que continúa ampliando este universo de cara a su futuro.

FUTURO DEL LCU

Aunque Lokesh dirigió entre medias de las, de momento, dos entregas de este universo compartido, Master (2021), otro thriller de acción con el sello del director, no forma parte de este proyecto, que continuará con secuelas de los films ya existentes. Se espera Kaithi 2 para 2023, donde el pasado de Dilli volverá para ponerle a él y a su hija en peligro, y el mencionado final de Vikram presenta a un nuevo villano llamado Rolex, interpretado por uno de los actores mejor pagados de la industria tamil, Suriya.

No se sabe cómo seguirán conectando ambos personajes, pero personalmente, es de los proyectos que más me llaman la atención del cine indio. Como dije antes, el cine de Bollywood no pasa por su mejor momento, por lo que Kollywood, el cine en tamil, parece estar consiguiendo mejor taquilla con cada estreno. Está claro que Lokesh está demostrando ser un estupendo director que mejora enormemente con cada nueva película, por lo que si pule algunos de los elementos que lastraba algo Kaithi de cara a su secuela, o que levante el resultado general de las desventuras de Dilli un poco, podríamos estar ante uno de esos megaproyectos con múltiples tentáculos narrativos y estilísticos que convertirán a Lokesh Kanagaraj en algo más que una promesa, en un director esencial para el buen cine de acción indio y concretamente tamil, una industria algo desconocida para el gran público. Este desconocido cine indio merece una mayor repercusión, sobre todo para los amantes del cine de acción espectacular y sumamente entretenido, por lo que en un futuro próximo habrá que escribir algo sobre las diferentes industrias del cine indio y quitar ese cliché del cine indio de Bollywood con números musicales y mucho brillo. Y es que el cine indio es eso, y mucho, pero que mucho más…

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