Ya sabemos que el cine marcial está relegado a la serie B, dejando las superproducciones en los añorados años ochenta y noventa. Pero siempre, ya sea desde este humilde blog, en mi sección mensual en la revista Acción, en mis artículos para Dragonz Magazine, Helios o A Base de Golpes e incluso en las redes sociales, intento darle el lugar que se merecen, y, sobre todo, apoyar ese cine independiente que nos presenta películas o cortometrajes que intentar devolver el brillo a un género que me fascina. Por ello hoy traigo al blog este cortometraje del belga Mark Stas, fundador del estilo de Wing Chun Wing Flow System en 2017. Mark ya había sido visto en algunos largometrajes independientes como Haphazard (2019), English Dogs (2020) o Borrowed Time III (2022), y ahora nos presenta este trabajo que ha escrito, dirigido, producido, editado y coreografiado con el apoyo de Ron Smoorenburg. Un trabajo que ya avanzo que me ha gustado mucho y que nos trae una historia y conceptos que merecen convertirse en un largo para poder disfrutar de la velocidad y técnica del que debería ser una estrella del género.
El corto nos presenta una historia dramática, con Takeda, que dejará su Asia natal tras un trágico accidente para comenzar una nueva vida en Europa para olvidar ese pasado que le ha roto el corazón, pero que le obligará a emerger de esas sombras, como indica el título, y enfrentarse a un grupo mafioso que busca a un asiático que acabó con su jefe. Junto a Stas tenemos al mencionado Ron Smoorenburg además de Max Repossi y Danny D’Orazio, pocos personajes para una historia de corte intimista pero que sabe equilibrar con la acción, y eso es algo más que loable. En muchas ocasiones se dice que el cine marcial no tiene a actores como protagonistas, y en este caso, Mark consigue regalarnos un inicio dramático, totalmente convincente con él mismo recordando su pérdida y demostrando que incluso en un cortometraje es posible actuar.
Un guion conciso, pero que sabe
desarrollar la historia y a los personajes gracias a su capacidad de síntesis,
aunando el drama del protagonista con la trama criminal y las artes marciales.
No en vano ha conseguido varios premios como mejor director primerizo, mejor
cortometraje, tráiler, actor de cortometraje y mejor acción en diversos
festivales como los Tokyo Film Awards
o Las Vegas Movie Awards, totalmente
acertados. Este equilibrio entre géneros, destacan junto a las artes marciales
para confirmar un trabajo excelente del director debutante demostrando que se
puede hacer cine de género sin ignorar el desarrollo de personajes y una buena
historia.
Y trabajos como éste merecen la
recompensa que está recibiendo, además de continuar cimentando una futura
carrera en el cine de Mark. En su canal de Youtube, que puedes ver aquí , puedes confirmar su
velocidad y estupenda técnica, algo necesario para el cine marcial, pero
además, gracias a la secuencia inicial, Mark muestra un lado dramático
totalmente creíble, y esto no siempre se ve en el género, acostumbrados a
héroes de acción pétreos, que cumplen en la acción física pero no siempre con
dotes como actor de calidad.
Volviendo a la acción, al tener
además a Ron Smoorenburg tanto como
actor como co-coreógrafo, disfrutamos de los diversos enfrentamientos, y mucho,
junto a Max Repossi, un estupendo
artista marcial que estaba comenzando en el cine pero que tristemente fallecía
en abril de 2021 debido a un ataque al corazón, y al que está dedicado el
corto. Peleas fluidas, bien rodadas y editadas que demuestran además que Mark
sabe colocar la cámara y mostrar como se deben las peleas, algo que no siempre
solemos encontrarnos en trabajos primerizos.
Los conceptos que muestra el
corto bien podrían desarrollarse para transformarse en un largometraje o una
serie o mini-serie de televisión, y viendo el rumbo que está teniendo por
festivales, no me extrañaría que algún productor se dé cuenta del potencial de
Mark Stas, tanto como actor de acción como de director, y este paso en su
prometedora carrera, de los frutos que se merece.
NOTA: 7
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