CRÍTICA - ENDGAME (2021)

El incansable Andy Lau nos ofreció el pasado año una película cómica con toques de thriller, algo de romance y cierta moralina titulada Endgame, acompañado del actor y director Xiao Yang. Casi dos horas alternando tonos y géneros, pero todo bien equilibrado que me ha entretenido bastante y que, por ello, se convierte en una película muy recomendable donde Andy cambia un poco del tipo de personajes que lleva haciendo estos años a nivel comercial, alejado de los actioners como las dos entregas de Shockwave, con numerosos guiños y cameos de cineastas chinos. Y es que, como ya es habitual, estamos ante una producción puramente china, rodada en Shanghai y que adapta la película japonesa Key of Life (2012) de Kenji Uchida, que ya tuvo su remake surcoreano en 2016 con Luck-Key, la cual, por cierto, no he visto, pero que supongo que en algún momento veré para comparar entre las tres.

Xiao Gang interpreta a Chen Xiaomeng, un actor al que le va todo fatal y que piensa en suicidarse. Andy Lau es Zhou Gan, un asesino a sueldo. El destino hará que los dos se crucen en una sauna y, tras un accidente, Zhou Gan perderá la memoria, mientras que Chen terminará suplantando su identidad sin saber a qué se dedica y haciendo por ello que el asesino crea ser el actor. Por otro lado, tenemos a la guapísima Wan Qian, que interpreta a Li Xiang, una abnegada madre soltera que conocerá al desmemoriado Zhou. La vida de los tres ser cruzan para ofrecernos este cambio de identidades con comedia, amor y toques de acción.

Un buen equilibrio entre el drama y la comedia, con muchos juegos con el propio mundo del cine es un giro de ese término que ahora usa tanta gente, el metacine, en una especie de homenaje al propio cine chino, usando una subtrama en este mundo. El desmemoriado Andy Lau tendrá que trabajar en el oficio del protagonista en este intercambio de roles y profesiones. Mientras vemos a Andy comenzar a trabajar de extra, creyendo que es el personaje de Xiao Gang, asistimos a diversos rodajes, y a la mejora como actor de su personaje, consiguiendo papeles secundarios y escalando como actor, algo que el auténtico Xiao nunca ha conseguido. No obstante, hay un paralelismo entre ambos personajes ya que Chen Xiaomeng deberá hacer la interpretación de su vida, la de un auténtico asesino.


Y es en este apartado del guion donde tenemos las secuencias de acción y el tono de thriller criminal. Auténticos encargos que se ve obligado a aceptar este nuevo asesino, conociendo a peligrosos mafiosos mientras hace equilibrios para evitar que se descubra todo el pastel y que por momentos, en secuencias como el restaurante donde se reúne con una líder criminal que no conoce la verdadera cara del asesino, la interpretación de Xiao Gang parecía estar inspirada en algunos asesinos y mafiosos de los que ha encarnado Chow Yun Fat, como si fuese el recurso del personaje de Gang para hacerse pasar por el misterioso asesino que es Zhou. Está claro que una película así, con intercambio de roles entre personajes, es evidente que nos mostrará de forma paralela cómo se desenvuelven en los dos mundos que realmente desconocen. El drama y el amor, junto al ascenso lento, se intercala con el asesino, todo con una comedia ligera y simpática, avanzando la historia de forma correcta, y donde Andy se luce en todos los niveles, junto a Xiao Gang, que se queda con los momentos más cómicos.


Un buen dúo que se complementa bastante bien, y donde Andy podría llegar incluso a parodiarse en determinados momentos como icono romántico y de acción del cine de Hong Kong. Pero recordemos que es una producción China, no de la ex-colonia británica, y se nota, manteniendo cierta personalidad que la aleja algo del cine hongkonés. Cao Hua se encarga de la acción, más que correcta, aunque no estamos ante una película de acción. Es algo complementario y choca que con todo lo dicho hasta ahora, siendo una comedia, la violencia en determinados momentos, sobre todo en su desenlace, choque bastante con el tono general. Pero quizás por eso la he disfrutado, ya que no es sólo una comedia tontorrona de esas que el bueno de Andy Lau suele hacer, da un pasito más allá y da un pequeño salto para clocarse entre sus buenas películas, sin ser tampoco una maravilla.

Una película dividida en tres tramas que podríamos decir principales, aunque tenemos la parte humana, la relación entre los personajes de Andy y Wan Qian, algo menos importante, excepto por el desarrollo del personaje de Andy, ayudado en su aventura sin memoria a vivir en un cochambroso pisito, a afrontar la vida sin memoria, y, claro está, una historia de amor, sin olvidar el tema del hijo de Wan Qian. No obstante, todas estas subtramas están bien desarrolladas, sin acentuar el moñismo que sabemos que los chinos suelen meter, en parte debido a las gotas de humor que ayudan a llevar momentos de patetismos como la secuencia del restaurante con un Andy Lau llorón.



Pero buscamos evadirnos en el cine y a veces una película simpática, bien rodada, y con un carismático Andy Lau, es más que suficiente para lograrlo con algo como este Endgame. A poco que hayas visto películas similares, más o menos sabes hacia dónde van a ir los tiros, pero todo el juego previo que nos dirige hacia ese final, es muy dusfrutable. Por cierto, no he mencionado los directores que aparecen interpretándose a sí mismos, como Frant Gwo, director de Wandering Earth (2019), que aparece rodando una película de ciencia-ficción e incluso podemos ver sudaderas con el logo de la mencionada superproducción con Wu Jing, a Lau Ho-Leung (Caught in Time) y a Lu Yuang (Assassin in Red), también dirigiendo películas similares o las mismas, que menciono al lado de sus nombres, sobre todo Lu Yuang. Y el último guiño se lo hace el propio Andy Lau, que conducirá en varios momentos una moto igualita a la que lucía en A Moment of Romance (1990)

NOTA: 6’5

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