ARTÍCULO - LA IMPORTANCIA DE HONG KONG PHOOEY

Puede que el título de este artículo parezca una coña, pero nada más lejos de la realidad. Cuando se es un estudioso del cine marcial y asiático, cada película, estrella, director, coreógrafo o subgénero es una parte indispensable de la historia de este tipo de cine y, por ello, de la propia historia del cine en general. La aparición de los dibujos animados de Hong Kong Phooey en 1974 es un indicador de cómo penetró el cine de Kung Fu en occidente. Si en 1973 el éxito de Operación Dragón de Bruce Lee provocaba una revolución internacional en el cine de acción y artes marciales, que surgiese un personaje como Hong Kong Phooey es un claro indicador de cómo se popularizó el Kung Fu en Occidente.

Pero empecemos por el principio. De profesión – Invencible (1972), con Lo Lieh como protagonista, se estrenaba de mano de Warner Bros. el 21 de marzo de 1973 en tierras norteamericanas, con un éxito notable, aunque sería empañado por el estreno de Operación Dragón el 17 de agosto (estreno en Nueva York) y el 19 de agosto en el resto del país. Al tratarse además de una co-producción entre Hong Kong y Estados Unidos, es evidente que tuvo un estreno más notorio la peli de Bruce, provocando la fiebre del cine de Kung Fu, aunque el estreno de la serie Kung Fu en 1972 ya había puesto la semilla para este éxito.

Es decir, que el Kung Fu ya se había asentado en occidente, pero necesitó de la película del Pequeño Dragón para imponerse en los cines. Muchas películas de Kung Fu se estrenaban en sesiones dobles en cines grindhouse y de Blaxploitation. El mismo año del fallecimiento de Bruce, 1973, la productora para la que trabajaba, la Golden Harvest, estrenaba el documental Bruce Lee. El Hombre y su Leyenda, en un afán de explotar la gallina de los huevos de oro y como barómetro para ver la importancia del metraje de Juego con la Muerte que había grabado antes de fallecer, abriendo la puerta para que en 1974 diese comienzo la Bruceploitation con el estreno de Bruce Lee. A Dragon Story, biopic protagonizado por Ho Chung-Tao, más conocido como Bruce Li.


Y en ese momento donde la imagen de Bruce Lee vendía lo que fuese, donde el público negro estadounidense, o por ser políticamente correcto, afroamericano, ansiaba ver cine de Kung Fu, llegando a mezclar la Blaxploitation con el cine marcial con gente como Jim Kelly, donde el resto del planeta disfrutaba de las aventuras de Kwai Chang Caine, aparecían unos dibujos animados de Hannah-Barbera con un superhéroe con Hong Kong de nombre, y con un libro de Kung Fu de donde se sacaba técnicas para detener a los villanos episódicos. Bueno, más o menos los detenía con sus técnicas, con mucha ayuda de su ayudante, el gato Spot.

LA SERIE

Un perro conserje en una comisaría que se disfraza, entrando a un archivador, para combatir el crimen como Hong Kong Phooey. Una serie cortita, de 16 episodios (algo habitual en aquellos años, donde la fiebre por las series de varias temporadas no había comenzado) que se comenzaba a emitir el sábado 7 de septiembre de 1974 a las 9 de la mañana en el canal ABC y que acabaría su emisión el 21 de diciembre de ese mismo año. Cada episodio solía contar con dos aventuras y un nexo en común, subtramas, o secuencias en la comisaría y con los dos únicos policías que aparecerían, el orondo y sargento Flint y Rosemary, la bella telefonista.

Las tramas eran sencillas, inocentes y perfectas para los niños de aquellos años. Pero tenemos elementos bastante curiosos y que entroncan directamente con el cine de Kung Fu, del que bebía. Por ejemplo, nuestro héroe peludo usaba un manual, el Kung Fu de Hong Kong, algo muy habitual en el cine marcial, incluyendo la Bruceploitation, e incluso la aparición de un junco en el episodio 5, con HKP imitando descaradamente a Bruce Lee en Operación Dragón.
También usaba otros superhéroes como espejo, copiando elementos, por ejemplo, de la serie de Batman de los años sesenta, con el protagonista descendiendo por una barra al entrar por un hueco escondido detrás de una plancha, o una copia del Joker en el episodio 5, el Risueño, o con Acertijo, o Enigma, en el episodio 12. No obstante, sus tramas son mucho más infantiles, como demuestra el ladrón de caramelos del episodio 6 o de peces en el 11.

Como buen superhéroe, se batirá en duelo con un doppelganger, con un kimono de diferente color, y cobrando por sus servicios e incluso con un clon de Spot. Pero al contrario que con otros héroes vigilantes, aquí podemos ver en cada episodio a personajes alabando al héroe. Y para terminar al repaso a la serie, en sus episodios finales vemos a un héroe similar, pero redneck, llamado el Misterioso Maverick, que se cambia de ropa de la misma forma, pero en un montón de heno.

Destacar además a Scatman Crothers que ponía la voz al personaje y cantaba su pegadiza y mítica sintonía.
 

EPÍLOGO

Pero este pequeño repaso a la serie no es realmente el motivo de este artículo. Como decía al principio, que unos dibujos animados incorporasen estos elementos del cine de Kung Fu es una señal indiscutible de cómo había penetrado este tipo de cine en Estados Unidos, uniendo conceptos de superhéroes para ofrecer una vuelta de tuerca al tema y aprovechar el éxito. Y es lo que da la importancia a la breve serie de Hong Kong Phooey. Igual que la Blaxploitation se sumergió de lleno en el cine marcial para enriquecerlo, que una serie de dibujos animados bebiese de este género nos da una idea de cómo las artes marciales se integraron en la sociedad de la época.

Y para terminar, remarcar los intentos de largometrajes que ha habido, uno de ellos con Eddie Murphy poniendo voz al héroe y con un teaser que no llegó a nada más, algo comprensible viendo el clip que aquí te dejo. Pero está claro que Hong Kong Phooey es parte de la infancia de muchos de nosotros, un personaje que sin la irrupción de Bruce Lee y del cine de Kung Fu no hubiese existido y que se ha convertido en icónico para muchos de nosotros.

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