CRÍTICA - YU YU HAKUSHO (TEMPORADA 1. 2023)

Los live-actions nipones no solían triunfar del todo, a pesar de ser una parte indispensable de la cinematografía japonesa. Pero las cinco películas de Kenshin fueron un punto de inflexión en cuanto a calidad y adaptación, consiguiendo un éxito mundial, que dejaba en pañales otras adaptaciones que se han quedado en el círculo de fans del cine asiático. Esta apertura de público, junto a otras adaptaciones posteriores como la serie One Piece (2023) o las dos entregas de Kingdom, ha llevado a Netflix a producir otro live-action puramente nipón. Esto seguramente se deba a las paupérrimas adaptaciones occidentales de clásicos como Bola de Dragón o Cowboy Bebop. Sea como fuere, tenemos un nuevo éxito altamente recomendado, el de Yu Yu Hakusho.

Un clásico de los noventa (se comenzó a publicar en 1990, creado por Yoshihiro Togashi) que cobra vida en sólo cinco episodios. Y como me suele pasar, no he leído el manga ni visto el anime, así que sólo puedo fiarme de las críticas y comentarios de quienes sí conocían el material original, y hablan de ser una excelente adaptación a pesar de haber resumido bastante el arco argumental que nos han presentado en esta primera temporada. Yusuke Urameshi fallece en un accidente de coche, pero volverá a la vida para convertirse en un detective espiritual, y deberá luchar contra los yokais malvados que atacan el mundo humano. Así de simple. Resucita con poderes, y deberá combatir el mal junto a un grupo de amigos. Tenemos a los villanos y a un montón de personajes muy interesantes y algo locos, típicos del manga más fantástico pero que son adaptados y presentados muy bien.

Lo primero que me ha sorprendido es el tono algo oscuro y violento, alejándose del humor más shonen, es decir, más juvenil pero que le sienta muy bien. Es la misma jugada que la mencionada saga de Kenshin, y no va a ser la última vez que mencione este otro live-action en formato de largometrajes. A pesar de los recortes que ha sufrido, siempre según los fans del material original, desarrollan todo muy bien, tanto la evolución de los personajes como la trama principal con esos yokais villanos y quien se encuentra detrás de ellos. Tenemos una buena presentación de todos los personajes, sus motivaciones y una química entre ellos y sobre todo sus actores que no se suele ver en otras películas.

Admito que de primeras no me convencía su protagonista, Takumi Kitamura (Tokyo Revengers), pero poco a poco me ha ido gustando más y más, gracias, de nuevo, a lo bien escrito que está su personaje y al buen hacer del actor, complementándose con Shuhei Uesugi, que interpreta a Kazuma Kuwabara, primero rival del protagonista pero luego amigo que luchará contra los yokais. Su personaje se hace querer. Esa rivalidad que va cambiando está muy bien desarrollada, así como otros personajes que se cruzan en los primeros episodios. La relación entre ellos y el protagonista de nuevo evoluciona suavemente, con mucha lógica, creando así personajes que nos interesan, ya sea en una segunda temporada como, incluso, en spin-offs propios (desconozco si tienen arcos argumentales en el manga original, pero no me extrañaría, ni importaría ver) El único detalle que no me ha gustado, es ese chupete que lleva Genkai (Keita Machida), que no se quita ni para hablar, y que me resulta infantil, aunque muy de manga y anime, y realmente, no es que me suponga un problema. Es ese toque excéntrico inevitable del género. Mención aparte tiene la mítica Meiko Kaji (Lady Snowblood), que aparece como la Maestra Genkai, un papel a la medida de una leyenda como ella.
Meiko Kaji

Llegamos a la acción, obra de Takahito Ôuchi, director de acción y especialista que ha trabajado en alguna producción de Hong Kong y en Kenshin, siendo el coordinador de especialistas. Ya dije que volvería a esta saga que coreografió el gran Kenji Tanigaki. Y es que el nivel de las secuencias de acción es muy similar, pero logrando ser diferente. Otra forma de captar el dinamismo del anime en imagen real de una forma muy espectacular. El uso de cables, efectos digitales y las propias coreografías de lucha se combinan de forma estupenda para que se conviertan en una parte sumamente importante del éxito y recomendación de esta serie. A veces, hay que admitirlo, el CGI se nota mucho, como si fuese una pegatina sobre la imagen, de una estupenda nitidez, pero algo falsa, al fin y al cabo. Pero recordemos que estamos ante una serie que adapta a su homónima animada, y las exageraciones, junto a los personajes netamente fantásticos, hacen que sea necesario, y aunque tengan ese efecto “pegatina”, cumplen con creces a la hora de transformar en imágenes reales este fantástico universo de demonios y energías espirituales convertidas en armas, ya sea con personajes completamente hechos por ordenador, o en determinadas secuencias de acción donde lanzan proyectan energía en forma de disparos o de espadas.

En definitiva, Yu Yu Hakusho es una estupenda serie, bien escrita, respetuosa, trepidante y que se permite esas excentricidades del manga japonés, como uno de los villanos de dimensiones reducidas, hermano del yokai villano principal (pero con matices en el tramo final de la serie), o las fantásticas escenas de lucha, espectaculares y muy bien dirigidas y montadas. Logra distanciarse tanto de Kenshin como de One Piece, dejándote con ganas de más temporadas pero igual de cortas, si siguen adaptando de esta forma condensada el material original, y evitando meter demasiadas subtramas que muchas veces lastra el resultado final. Una serie que va desde el principio directa al grano y sabe usar todos sus elementos de la mejor forma para convertirse en, como ya he dicho, una serie altamente recomendada.

NOTA: 7

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