CRÍTICA - LOS MERCEN4RIOS (2023)

No sé ni por dónde empezar. Pensaba subir directamente la crítica a Facebook, en la habitual carpeta que creo para ir subiendo todo lo que veo al año, como un recordatorio y una contabilidad anual de cine y series. Pero es que después de verla, he preferido traerla al blog para desmenuzarla a gusto. Una franquicia que sólo quería homenajear al cine de acción de los ochenta y los noventa incorporando caras conocidas, un all star del cine de acción. Una primera parte bastante satisfactoria, una segunda entrega que superó a la primera (aún con algún fallo), y una tercera que comenzó a hundir la saga. Con un spin-off del personaje de Jason Statham anunciado y una cuarta parte que según Stallone iba a ser para mayores de 18 años, parecía que íbamos a tener lo mejor del universo Expendables en un par de películas repletas de acción, corrigiendo las cagadas de la tercera. Y una vez vista… no ha sido así. Nos han traído una cuarta entrega que es realmente una película Frankenstein que une tres proyectos diferentes con un resultado por debajo de la tercera…

Dos de estos tres proyectos ya los he mencionado. La idea era hacer el spin-off de Lee Christmas antes que la cuarta parte, pero algo ha pasado en estos años (además de la pandemia que paralizó los rodajes) entre los productores y Stallone ya que tras idas y venidas, se dio luz verde a esta cuarta parte, dejando claro que Sly le pasaba el testigo de la saga a Statham. Raro, raro, raro… Y una vez vista, como he dicho, es fácil ver cómo esos dos proyectos han confluido en uno, dejando el protagonismo a Statham y dejando algo de lado en su mayor parte del metraje, al equipo de especialistas. Por no hablar de la escasa y mala presencia de Stallone, que parece querer rodar sus escenas rapidito.

He dicho que el protagonismo es de Statham, pero en el último tercio del film comparte esto con Tony Jaa. ¿Alguien recuerda que se anunció High Value Target? Era un actioner que iban a protagonizar los dos juntos que finalmente desapareció del mapa. Pues han debido recoger la idea de juntarlos para ese tramo final y lo han añadido aquí. ¿Qué podría salir mal? Tenemos a Stallone, Statham, Jaa, a Iko Uwais de villano, a Couture, Lundgren, Andy García, Megan Fox y 50 Cent (y Jacob Scipio y Levy Tran, aunque no es que sean muy llamativos de cara a los fans de la franquicia, pero que, pese a todo, Tran destaca más, y termina también desperdiciada) una mezcla rara que se aleja de los objetivos de las dos primeras pero que junto a un director como Scott Waugh, que sabe dirigir la acción, prometía al menos algo entretenido. Ah, no puedo dejar de mencionar que tenemos a Mike Möller y es más que desperdiciado en una secuencia muy tonta, aunque se agradece verlo en pantalla grande.

Pues no es el caso. Los chromas se notan mucho, como los efectos digitales, sacándote de las secuencias de acción, que son bastante anodinas en su gran mayoría, mejorando algo en los escasos combates cuerpo a cuerpo que tenemos. Tener a Iko Uwais como villano, es un aspecto positivo, y tiene buenos momentos marciales con esos tonfas. Jaa también se luce, pero manteniendo todo y todos un nivel medio. Peleas bien coreografiadas, pero sin más, rodadas de forma correcta y editadas medianamente bien, pero siendo insuficiente todo teniendo a quien se tiene, aunque sin lugar a dudas, tanto Uwais como Jaa son de lo mejor de la película.

Ya sabemos que las artes marciales son secundarias en la saga. Es más, no podemos considerarla como una saga de cine marcial. Meter a asiáticos y escenas marciales no convierten a la película en marcial, pero al menos que se vean espectaculares, enriqueciendo así el visionado, no sólo llenando de explosiones y disparos. Y la tercera parte tenía mucha mejor acción balística. Aquí tenemos incluso momentos rodados muy torpemente, como si hubiese sido rodada con prisa.


Y lo mismo sucede con los personajes y diálogos. Lundgren, que rodó sus escenas en descansos de la secuela de Aquaman, ya dijo que había sudo un desastre de rodaje y que el fracaso lo entendía. Y no es para menos. Su personaje tiene algún momento más personal, con el tema del alcohol, pero es Couture quien tiene más diálogos de los mercenarios clásicos, hasta diría que habla más que en las tres anteriores juntas. Pero su personaje no va hacia ninguna parte, son diálogos vacíos en todos los sentidos, infantiles incluso. Scipio, que interpreta al hijo de Antonio Banderas de la tercera parte, sobre totalmente, y 50 Cent lo mismo, hacen bulto solo. Megan Fox, como pareja de Statham, pues eso, muy guapa, poco creíble como mercenaria y rellenando metraje, que al fin y al cabo es para lo que sirven los diálogos aquí, rellenar hasta la siguiente escena de acción.


No voy a hacer spoilers, aunque ganas me da de un detalle con un personaje que, aunque se ve a leguas el giro que le dan, me pareció tan malo como previsible. Realmente es una mala película, un intento de sacar rendimiento a la franquicia donde los productores mandan, no el creador de la saga. Statham lo tiene difícil para hacer remontar a la saga si al final continúa, pero como los que ponen la pasta mandan y han fracasado, o vuelve Sly a tomar las riendas, o hasta aquí Expendables. Y es que esta cuarta parte sí es totalmente prescindible.

NOTA: 4

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