ARTÍCULO - LA NUEVA ANIMACIÓN CHINA

Como pudiste leer aquí, la historia de la animación china tuvo unos comienzos duros, unas épocas oscuras, y un resurgir paulatino que ha llegado a este siglo XXI con unas muestras, sobre todo desde 2016, que parecen haber calado en el espectador occidental. Esto se debe en gran parte al streaming. Diferentes plataformas han ido estrenando, primero de forma tímida y después con mayor intensidad, diversos títulos que demuestran la buena forma de la animación china. Por ello, toca repasar esos títulos que podemos disfrutar en España y que son el origen de este artículo. Personalmente, el anime actual me aburre bastante. No dudo que tengamos títulos magníficos como película, pero el abuso del drama y ese anime de autor no me termina de convencer, ya sean series o largos, mientras que los chinos parecen recuperar ese toque de entretenimiento junto a buenas historias y personajes. Quizás sean más comerciales y “menos profundos” que las películas de Mamoru Hosoda, de quien sólo me han atraído y gustado Wolf Children (2012) y El Niño y la Bestia (2015), pero bueno, es lo que hay. No voy a decir, para nada, que sus otros aplaudidos largos no son buenos, sencillamente, me cansan bastante y no me atraen sus tramas, por lo que, como hay tantas cosas que ver, paso de largo aquellas pelis o series que no me llaman la atención. Repito, pueden ser lo buenas que dice la gente que son, pero no me llaman para nada.

SIGLO XXI: LIGHT CHASER ANIMATION STUDIOS

Empecemos este repaso. En 2016 llegaba Big Fish & Begonia, una especie de aproximación de la animación china (aunque co-producida con Corea del Sur) al espíritu del Estudio Ghibli japonés. Una historia de reinos mágicos y animales marinos con tintes espirituales y un mensaje ecológico digno del mejor Miyazaki, pero con el toque de ambientación chino. Una buena película, muy bonita visualmente y que fue el debut de sus directores, Liang Xuan y Zhang Chun. A pesar de conseguir algunos premios en festivales menores, y nominaciones en mayores, no parece haber impactado demasiado en el espectador de animación habitual y, aunque no sea perfecta, es una buena muestra de otro tipo de cine chino muy recomendable.

En otra categoría juega Los Hermanos Guardianes (2016), un título a tener en cuenta debido al estudio detrás de ella, Light Chaser Animation Studios, de donde saldrán otros títulos maravillosos pocos años después. Pero ahora llegamos a ellos. Además de este tema, Los Hermanos Guardianes es importante ya que, para su estreno occidental, se contaron con numerosas estrellas de Hollywood, y eso siempre es indicador de que su estreno doblado al inglés apostaba fuerte por la película. Hablo de Mel Brooks, Nicole Kidman, Meryl Streep y Edward Norton. A pesar de ello, no fue un taquillazo en ningún país, pero tampoco fue un fracaso, sobre todo al pasar a Netflix. Una película muy simpática, con dioses chinos en el mundo humano, crisis en el plano espiritual, humor blanquito y buenos sentimientos para una película familiar.

Los Hermanos Guardianes

Y como ya he mencionado a Light Chaser, sigamos con sus contribuciones, sin duda, al menos para mí, los mejores títulos de estos últimos años tras conocer algo de esta productora. Fue fundada por Gary Wang en 2013 con base en Beijing buscando aumentar la calidad del cine de animación en este siglo XXI, centrando además en desarrollar la tecnología necesaria para ello e introduciendo programas usados en Occidente como Maya, Houdini o ZBrush. Tras el éxito moderado de Los Hermanos Guardianes, que fue su primera producción, continuó con producciones menos conocidas como Tea Pets (2017) o Cats and Peachtopia (2018) e incluso algunos anuncios para líneas aéreas. Y llegaba en 2019 su cuarto largometraje, White Snake, titulada en España La Serpiente Blanca, que fue su presentación internacional. Con un coste aproximado de 11 millones de dólares, recaudó unos 60 millones y consiguiendo estrenarse en muchísimos países además de pasar por festivales como el de Annecy, Fantasía, Sitges o el BFI de Londres. Basada en la leyenda clásica del mismo nombre, la de la Serpiente Blanca, cuenta la historia de amor entre un demonio femenino, la Serpiente Blanca, que ha perdido la memoria, y un humano, que vive en una aldea de cazadores de serpientes, aunque él prefiere curar a la gente con sus hierbas, durante la Dinastía Song. Un diseño de personajes muy bonito, una animación exquisita y mucha sensibilidad visual y cinematográfica con un equilibrio entre la trama sobrenatural y mitológica china y la romántica, con momentos de humor muy simpático y las esperadas dosis de drama. Un estilo muy clásico que nos recuerda a películas como Una Historia China de Fantasmas (1987), pero con algunos elementos modernos, como la guarida de la Demonio Zorro para una estupenda película que contiene además (por si fuera poco), espectaculares escenas de acción. A pesar de ese tono clásico chino, contiene elementos fácilmente digeribles por los occidentales, como alguna canción o animales que hablan con los humanos, muy Disney, pero que aquí no parece una copia de fórmula, si no aciertos para conseguir lo que finalmente consiguió, estreno internacional e incluso con edición física en España de mano de Selecta Visión.


El éxito propició una secuela, Green Snake (2021) continua con la leyenda original, pero cambiando el clasicismo por conceptos más actuales, desarrollándose todo en Asuraville, una ciudad donde van a parar humanos, demonios y monstruos que tienen alguna obsesión que les impide morir y reencarnarse. En esta ciudad terminará la serpiente verde que ya conocimos en la primera entrega, e intentará salir de ella para reencontrarse con su hermana. Como he dicho, continúa la leyenda clásica, contando la historia desde que su hermana, Blanca, es encerrada en la Pagoda Leifeng y Verde, enviada, como digo, a Asuraville. La película está plagada de referencias a la mitología china, como el nombre de la ciudad, Asura, los kalpas, el Demonio Toro, o la comerciante, con la Demonio Zorro de nuevo, sin olvidar el monje Fahai, parte importante de dicha historia. El aspecto visual contiene elementos que rozan el steampunk y el cyberpunk, pero sin decantarse hacia ningún lado realmente. Visualmente es espectacular, con una animación estupenda, muy bien dirigida y con escenas de acción soberbias. Un buen guion que sabe usar los elementos tradicionales y más reconocibles de la fábula original con ese aspecto moderno y que contiene una escena post-créditos que presentaba la que iba a ser la siguiente película de la productora, New Gods: Yang Jian, aunque finalmente se estrenaría antes otra, pero bajo el mismo sello de los Nuevos Dioses, concretamente New Gods: Nezha Reborn (2021), titulada en España Nezha: El Renacer de un Dios.

Nezha: El Renacer de un Dios

Tomando como base la novela clásica La Investidura de los Dioses, escrita por Xu Zhonglin durante la Dinastía Ming, donde aparece Nezha, se le dio un giro con, de nuevo, elementos steampunks y cyberpunks para narrar la rivalidad entre un joven motorista y el Clan Dragón. Nezha se ha reencarnado en Li Yunxiang, y tendrá que luchar contra los viejos enemigos del Dios. De todas las que he mencionado hasta ahora, es mi preferida, aunque técnica y visualmente no tiene nada que envidiar a Green Snake, pero no voy a decir mucho más de ella, ya que, tras ser estrenada en Netflix, le dediqué una crítica completa que puedes leer aquí.

New Gods: Yang Jian (2022) se convertía en una precuela de Nezha, usando otro personaje de la novela La Investidura de los Dioses, Yang Jian. Bueno, precuela según algunas fuentes, pero realmente no tiene nada que ver excepto que los personajes de ambas salen en la mencionada novela y un detalle en una escena post-créditos, aunque, como veremos luego, dicha escena termina presentando una película que se estrenaba este pasado verano. Volviendo a Yang Jian, un personaje también conocido como Erlang Shen, el mayor guerrero del Reino del Cielo. Aquí hay diferencias con el personaje del libro, aunque más o menos cuentan parte de su historia mezclando el clasicismo de La Serpiente Blanca con el steampunk y el cyberpunk visto en Nezha: El Renacer de un Dios. De nuevo tenemos una animación espectacular, superando cada nueva película a la anterior. Yang Jian es un cazarrecompensas al que contratan para encontrar a un ladrón que ha robado un preciado objeto. Toda la mitología china en una aventura trepidante y divertida, llena de fantasía y acción que, de nuevo, está rodada de forma excepcional. Antes dije que la de Nezha era mi favorita, pero tengo que admitir que para escribir este artículo me he vuelto a ver todas y Yang Jian supera a Nezha, quizás por mantener los diseños más clásicos a pesar de los elementos tecnológicos y de steampunk. Pura magia cinematográfica que supera con creces a trabajos occidentales.


La película que presentaba la escena post-créditos es Chang’an, o 30.000 Miles from Chang’an. Pero, aunque tiene una pinta igual de buena que el resto, admito que no la he visto de momento. La historia nos cuenta la amistad entre Li Bai y Gao Shi durante la Dinastía Tang, pasando por la rebelión liderada por el general An Lushan. Se estrenó el pasado verano, concretamente el 8 de julio, y se convirtió en la segunda película animada más taquillera de la historia en China, con una duración de 168 minutos, la más larga de animación junto a la japonesa In This Corner (And Other Corners) of the World (2016) Y para terminar con esta productora, se ha anunciado para el 2024 una tercera entrega de La Serpiente Blanca, aunque de momento no se sabe mucho más de ella.

Chang'an

DIOSES, ASESINOS, DRAGONES Y EL REY MONO

Ya que estamos con dioses, sigamos con ellos y con uno de los que ya he mencionado, Ne Zha, que en 2019 protagonizaría otro largometraje, ya fuera de Light Chaser. De nuevo se toma como base la novela La Investidura de los Dioses, pero muy libremente, contando el origen de Ne Zha con bastante humor y técnicamente impecable. Su taquilla fue brutal, estrenándose en IMAX y con unas críticas muy buenas que hicieron que China la presentase como candidata a los Oscars en 2020, siendo la primera película de animación china en conseguirlo. La producción corrió por cuenta de Chengdu Coco Cartoon, y fue dirigida por Yu Yang (aunque se acreditó como Jiazi), cortometrajista que daba el salto al largo. Su éxito hizo que la productora creara otro largometraje que compartía universo, Jiang Ziya, que iba a estrenarse en enero de 2020 pero que, debido a la pandemia, terminó llegando a los cines chinos el 1 de octubre de ese mismo año. Este universo se denominó Fengshen Cinematic Universe. Se tituló de forma internacional Jiang Ziya: Legend of Deification y, de nuevo, se basaba en La Investidura de los Dioses. Y lamento decir que no la he visto, aunque el trailer promete bastante, con espíritus zorro, reencarnaciones y poderes mágicos a finales de la Dinastía Shang (también llamada Dinastía Yin) La taquilla acompañó, y mucho, ya que terminó siendo la segunda película de animación más taquillera en China tras Ne Zha.



Y toca cambiar radicalmente. De la animación en 3D repleta de dioses, pasamos a una animación en 2D, dibujos feístas y bastante locos. Hablo de la serie Scissor Seven (2018-Actualidad) que este mismo año ha estrenado su cuarta temporada. Creada y dirigida por He Xiaofeng, nos presenta a un chico, llamado Siete, sin memoria, que vive en una pequeña isla, la Isla Pollo, como peluquero, controlando sus tijeras con el Qi, la energía interna. En esta isla viven un montón de asesinos y personajes muy peculiares, incluso animales que hablan. Mucho humor surrealista, y el propio director poniendo la voz al protagonista, que está acompañado por un pollo azul con gafas de sol, Ji Dabao. Las dos primeras temporadas nos cuentan vivencias de los protagonistas, intentando Siete (o Wu Liuqi), convertirse en asesino, a la vez que va desentrañando el misterio de su pasado, que a partir de la tercera temporada se acelera hasta llegar a la cuarta, donde continúa de forma más potente la trama del pasado del protagonista, más cercana a esas historias de guerreros con poderes y técnicas imposibles, pero sin dejar de lado ese tono de humor surrealista y a veces paródico alternando episodios, como el cuarto capítulo, que de primeras sólo es una pequeña aventura de un asesino, llamado Asesino Ordinario (vestido como un ninja), que ahora trabaja en una tienda y al que roban, pero que, en su final, de nuevo conecta con la trama principal. Tras finalizar la temporada, se anunció un largometraje para continuar la serie, pero en pantalla grande.

Volvemos a los largometrajes con El Dragón de los Deseos (2021), co-producción entre China y Estados Unidos que tiene al mismísimo Jackie Chan detrás, tanto como productor como poniendo la voz al dragón del título, pero en la versión en mandarín. La historia nos presenta a Din, un joven estudiante que vive en Shanghai que sueña con reunirse con su amiga de la infancia, hija de un magnate. El destino hará que conozca a un dragón que le concederá deseos. Una historia típica, muy divertida y que en Occidente se estrenó en Netflix. Puede recordar en cierta medida a Aladdin de Disney, pero al estilo chino, siendo mucho menos ñoña. La unión de fuerzas estadounidenses (con un buen reparto en su doblaje al inglés) y chinas se saldó con un éxito, aunque tampoco fue un pelotazo. Tenemos a Base Animation, un nuevo estudio chino, junto a Sony e incluso Industrial Light & Magic, la empresa de efectos especiales de George Lucas (siendo además la primera vez que colabora, según diversas fuentes, en un largometraje de animación) Buenos sentimientos, humor y acción para una película juvenil muy recomendable.

Y para ir terminando, toca hablar del Rey Mono. Ya hablé de él en la primera parte del artículo, y siendo un personaje tan conocido y con tantas adaptaciones, estaba claro que habría películas actuales. En 2015 se estrenaba Monkey King: Hero is Back, donde un pequeño niño libera a Sun Wukong, que terminará ayudando a su aldea. Este film tuvo problemas para acabarse, siendo el director, e impulsor del proyecto, quien terminaría poniendo dinero de su bolsillo para terminarla, además de usar el crowfunding, y recibiendo buenas críticas en diversos festivales además de premios. Contó con Jackie Chan para poner la voz al Rey Mono en su doblaje al inglés. Por suerte, consiguió una buena taquilla, además de generar hasta videojuego para PlayStation 4. Aunque fue rodada en animación 3D, tiene un aspecto cercano al tradicional 2D.


En 2021 llegaba Monkey King Reborn, de Wang Yufei, algo más oscura que la anterior pero igualmente trepidante y espectacular, aunque la animación tanto de ésta como de la anterior dista de la calidad de las producciones de Light Chaser. Conseguiría estrenarse en diversos países como Estados Unidos pero ha pasado más desapercibida. Y curiosamente tampoco se ha hablado demasiado de la versión de 2023, titulada sencillamente El Rey Mono, una co-producción, de nuevo, entre China y USA que tiene detrás a Stephen Chow como productor y que se estrenó mundialmente en Netflix, con algún pase limitado en cines en Estados Unidos y Canadá. Coinciden estas tres versiones en que son versiones libres del personaje, y esta vez tiene a una niña de una aldea como compañera de aventuras. Muy divertida, muy bien dirigida y con una estupenda animación, con guiños al cine de Chow, con referencias a Shaolin Soccer (2001) y a Kung Fusión (2004) La búsqueda de Su Wukong de convertirse en inmortal es el centro de la historia, aunque se dará cuenta que su egoísmo no es muy conveniente para todo ello. Funciona como precuela de Viaje al Oeste, aunque se inventen bastantes cosas.

Monkey King Reborn

El Rey Mono de Stephen Chow

Bueno, he dicho que iba a ir terminando, y es que realmente hay muchas más películas y series de animación chinas que podríamos recomendar, pero no puedo dejar de indicar que otro largometraje que se estrenó de forma mundial, tiene el sello chino, o hongkonés, concretamente. Hablo de Los Mitchell contra las máquinas, coproducción entre Estados Unidos y la ex -colonia británica. El actor Louis Koo es uno de los productores, y podemos verle en los créditos finales. Un apocalipsis robótico hará que una familia común se convierta en la última esperanza de la humanidad. Me gustó bastante, la verdad, y fue toda una sorpresa descubrir a Koo en ella, demostrando que China es esencial para el cine de Hollywood, tanto por las co-producciones como por ser quien consigue que muchos blockbusters no sean un completo fracaso. Pero eso, como se suele decir, es otra historia…

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